Tal día como hoy del año 1810, hace 212 años, las tropas del Primer Imperio Francés, comandadas por el general Suchet, entraban en Lleida. Aquel hecho venía precedido de un asedio de treinta días durante el cual se había librado una guerra urbana en el interior de la ciudad entre borbónicos, partidarios de los Borbones ―que habían vendido la corona española a Napoléon― y de resistir el asedio, y bonapartistas, favorables a la ideología del nuevo régimen napoleónico y partidarios de evitar más sufrimiento a la población. El bando bonapartista estaba formado por las clases mercantiles de ideología revolucionaria de la ciudad; y el bando borbónico por los militares españoles y por las oligarquías terratenientes locales de ideología reaccionaria y antirrevolucionaria.

Según la historiografía española, la notable fractura social y política en el interior de la plaza asediada, escenificada en los continuos conflictos entre bonapartistas y borbónicos, desbarató los planes de los militares españoles que, desde los baluartes, intentaban impedir el asalto de las fuerzas de Suchet. A todo esto se le sumaba que las tropas españolas que tenían que auxiliar a los asediados habían sido derrotadas y dispersadas en Margalef (Pla d'Urgell) el 23 de abril de 1810. El día 13 de mayo de 1810, cuando se cumplían treinta días del sitio, los militares españoles, incapaces de contener a los atacantes y a la oposición interna local, abandonaron los baluartes y se retiraron al interior de la primera anilla de murallas, que rodeaba la colina de la Seu Vella.

Cuando se produjo el asalto napoleónico, la retirada española fue tan caótica que en aquel episodio murieron unos 2.000 civiles leridanos, que, huyendo de los estragos del conflicto, acompañaban a las tropas del general García Conde en el retroceso hacia la colina de la Seu Vella. Al día siguiente, 14 de mayo de 1810, los militares españoles atrincherados dentro de la anilla de murallas de la parte alta, se rindieron, y las tropas del Primer Imperio Francés tomaron posesión de la totalidad de la plaza. A partir de aquel momento, Lleida sería elevada a la categoría de capital de la prefectura de las Bocas del Ebro, que abarcaba las actuales veguerías de Lleida, del Camp de Tarragona y de las Terres de l'Ebre; y conservaría esta condición hasta la retirada napoleónica de febrero de 1814.