Tal día como hoy del año 1714, hace 305 años, las tropas borbónicas francocastellanas comandadas por el duque de Berwick, que hacía 414 días que asediaba Barcelona, saltaban las murallas y los combates se trasladaban al interior de la ciudad. A las cuatro y media de la madrugada del 11 de septiembre, las tropas borbónicas avanzaron las líneas situadas a levante de la ciudad y, simultáneamente, atacaron las defensas situadas en la cerradura de muralla entre el baluarte del Portal Nou (actualmente paseo Lluís Companys) y el reducto de Santa Eulàlia (actualmente calle Doctor Aiguader).

La lucha en aquel espacio se prolongó por espacio de horas, hasta que pasado mediodía las tropas borbónicas saltaban las murallas. Acto seguido, y hasta casi la noche, los combates entre defensores y atacantes se libraban en las calles del barrio de la Ribera y del Born. Aquellos combates se libraron calle a calle y casa a casa; y en los espacios más anchos de la trama urbana (tanto por parte de los defensores como de los asaltantes) se llegaron a producir cargas de caballería y se hizo uso de la artillería. Por la noche, con la desaparición de la claridad de día, cesaron momentáneamente los combates.

También en el norte de la ciudad, en el baluarte de Jonqueres (actualmente plaza de Urquinaona) se produjeron encarnizados combates, con un resultado desigual. El primer ataque de los asaltantes no tan sólo fue rechazado, sino que las tropas borbónicas fueron acorraladas por la Coronela. Llegada la noche, los asaltantes, a pesar de la superioridad numérica y armamentista, no habían conseguido controlar y dominar ni siquiera los barrios donde se había combatido. No sería hasta el día siguiente, 12 de septiembre, que las autoridades políticas catalanas y los mandos militares francocastellanos iniciarían las conversaciones de capitulación.