Tal día como hoy del año 1642, hace 377 años, la Generalitat, instituía la Diada de Sant Lluísonomástica de Luis XIII de Francia, II de Navarra e I de Barcelona— como celebración primordial del calendario catalán. El año anterior (1641), las instituciones de gobierno de Catalunya habían nombrado a Luís de Borbón-Medici-Albret-Habsburgo conde de Barcelona (Hombre Principal de Catalunya); en virtud de los tratados entre las máximas representaciones políticas catalanas y francesas de 1640 y 1641. También en virtud de aquellos tratados, Catalunya había abandonado el edificio político hispánico y se había constituido en un estado independiente en la órbita política de la monarquía francesa.

Una anotación del Dietari de la Generalitat (del 16 de enero de 1641) dice: “Lo senyor de Plesis Besanson (representant de la monarquia francesa en les negociacions franco-catalanes) ha fet ostensió dels poders que lo rey christianíssim (el rey Luis XIII) li ha donats en orde a la assistència que desija fer a esta província (referido al Principado de Catalunya y los condados del Rosselló y La Cerdanya) per sa conservació, en los quals, entre altres capítols, li dona poder sa magestat christianíssima per admètrela de baix de sa protecció, ab que reduesca son govern a forma de república ab los pactes y condicions que entre la província y a sa magestat christianíssima se ajustaran”.

Las fuentes documentales revelan que durante los primeros años (1641-1643) la relación entre Barcelona y París fue óptima. Pero en mayo de 1643, Luis XIII de Francia e I de Barcelona moría prematuramente —a los 40 años de edad— a causa de la tuberculosis. A partir de aquel momento, las crisis internas de la monarquía francesa provocarían el enturbiamiento progresivo de las relaciones entre los dos estados y se abandonaría la celebración de esta fiesta. A partir de 1645, con la normalización de las relaciones institucionales, se recuperaría la celebración de la Diada de Sant Lluís (en honor a Luis XIV de Francia y II de Barcelona, hijo y sucesor de Luis XIII), pero quedaría reducida al ámbito institucional.