Tal día como hoy del año 450, hace 1.568 años, moría en Roma Aelia Galla Placidia, conocida como Gala Placidia, hija del emperador Teodosio I, y que durante un año y pico fue la esposa de Ataúlfo, el rey visigodo que, después de devastar la península Itálica, estableció su pueblo sobre el territorio de las actuales Languedoc y Catalunya, y que convirtió Barcelona ―por primera vez en su historia― en capital de un dominio territorial. La capitalidad de aquel dominio territorial (el reino de los visigodos) tendría una existencia efímera: creada por Ataúlfo el año 414, sería conservada por su sucesor Sigerico y acabaría ―finalmente― desplazada a Tolosa de Languedoc el año 418 por Walia.

Gala Placidia, nacida según la mayoría de las fuentes el año 388 en Constantinopla ―entonces la capital del imperio― y criada en Roma durante el reinado de su hermano (el primer monarca de la parte occidental surgida de la división del imperio), fue hecha prisionera durante el saqueo visigodo de Roma (409). Durante cinco años (409-414) fue cautiva de los visigodos, hasta que se casó con el rey Ataúlfo en Narbona. Algunas fuentes coetáneas hablan de un matrimonio de conveniencia, promovido por el partido visigodo favorable a una alianza con Roma; y otros lo dibujan como una relación sincera e incluso apasionada. Ataúlfo y Gala tuvieron un único hijo, nacido en Barcelona, que moriría en la primera infancia.

Ataúlfo era, también, el líder de la facción romanista del pueblo visigodo. Su propósito era crear un estado visigodo independiente sobre el territorio de las provincias romanas Narbonense y Tarraconense con capital en Barcelona, que actuaría como un aliado político y militar del imperio romano de Occidente. A Gala Placidia, que según las fuentes coetáneas era una mujer con una extraordinaria inteligencia política, se le reservó el papel de visagra necesario entre las élites visigodas y las oligarquías provinciales romanas del territorio. Ataúlfo, sin embargo, sería asesinado por los partidarios de mantener las hostilidades con Roma y Gala sería azotada y expulsada. Poco después, Barcelona perdía la capitalidad.