Tal día como hoy del año 1939, hace 80 años, la prensa se hacía eco de una noticia que llegaba desde Francia: “Andorra se niega a recibir a los combatientes rojos de España”. En aquella nota de prensa se informaba que el "comisario de Andorra" (probablemente la primera autoridad policial andorrana) justificaba la posición de su gobierno con el pretexto de que el pequeño principado pirenaico “no dispone de víveres más que los suficientes para abastecer a la población andorrana (...) por consiguiente, la entrada de las tropas rojas fugitivas significaria el hambre en el país”. Este pretexto pondría en evidencia las verdaderas intenciones del ejército rebelde franquista: masacrar las columnas de refugiados (básicamente población civil) que intentaban alcanzar la frontera francesa.

Durante aquellos días, aviones de la Legión Cóndor del régimen nazi alemán y S-79 del régimen fascista italiano ametrallaron y bombardearon encarnizadamente las columnas de refugiados republicanos en la carretera entre Girona y la Jonquera, provocando miles de muertos. El bombardeo sobre Figueres del 3 de febrero (cuatro días después de la pretendida negativa andorrana) se saldaría con 213 muertos, la inmensa mayoría civiles. Una refugiada republicana que procedía de Madrid y que tenía a su cargo a su hijo y tres sobrinos de entre 1 y 10 años relataría: “Todos quedaron enterrados, yo también quedé algo enterrada, pero gracias a unos militares pude salir de los escombros con una niña en brazos que sólo contaba un año de edad y estaba muerta a causa de aquel bombardeo”.

El objetivo del régimen franquista era fustigar, acosar y exterminar al máximo número posible de refugiados republicanos. Aquella nota decía: “La retirada (republicana) se está efectuando en condiciones más penosas aún a causa de las persistentes nevadas. No se cree posible que los fugitivos lleguen a la frontera en tiempo oportuno para escapar”. La propuesta formulada y publicada en Londres el día anterior por el Ministerio de Asuntos Exteriores británico y rechazada de inmediato por el régimen franquista de Burgos, consistente en la creación de un espacio territorial a caballo entre los Pirineos gestionado por la Cruz Roja Internacional para acoger a los centenares de miles de refugiados republicanos, deja totalmente en evidencia el argumento del denominado, en aquella nota de prensa, "comisario de Andorra".