Tal día como hoy del año 1939, hace 79 años, Fernando Vázquez Ramos, comandante de la Guardia Civil y gobernador civil de las Illes Balears impuesto por el régimen franquista, publicaba un decreto que prohibía el uso del catalán en la rotulación pública y privada por todo el territorio de la "provincia". Esta medida afectaba tanto a las placas del nomenclátor de calles, los indicadores de carreteras o los letreros de los edificios de titularidad pública, que fueron objeto de una estricta y rigurosa "depuración", como a los letreros o la publicidad de los comercios y de la industria. En aquella maniobra de castellanización de la vida pública fueron sustituidos miles de rótulos.

Algunos de los nuevos indicadores suplantaban los nombres de calles que habían sido denominadas por los consistorios democráticos de la República (1931-1939) y eran renombrados glosando la figura de personajes destacados del bando franquista. En cambio, los nombres históricos eran castellanizados con traducciones literales que pretendían eliminar cualquier rastro de catalanidad. Y los indicadores de carreteras, de líneas navales o de líneas férreas que hacían referencia a pueblos o villas eran alterados a medio camino entre la traducción literal y una estrambótica adaptación castellana del nombre. Sa Pobla era convertida en La Puebla, o Es Castell en Villacarlos, para citar sólo dos ejemplos.

Pero allí donde tuvo una afectación más directa sobre la vida de las personas fue en la rotulación comercial. Todos los establecimientos comerciales de las Illes fueron obligados a rotular exclusivamente en castellano. Tanto en el exterior como en el interior. Y en aquella disposición se prohibía, por ejemplo, que los bares, las cafeterías o los hoteles rotularan "WC" o "Toilette" —que el régimen franquista no consideraba español— y se imponía por decreto los términos "miccionarios" o "urinarios". También las tradicionales charcuterías o los hornos de pan, pasarían a ser por decreto "chacinerías" o "panaderías". Y los herreros de corte serían obligados a rotular su actividad como "cuchilleros".