Tal día como hoy del año 1938, hace 81 años, en el contexto de la Guerra Civil española (1936-1939), el general Franco, jefe de las tropas militares que se habían rebelado contra la legalidad republicana, ordenaba el fusilamiento de Manuel Carrasco i Formiguera, uno de los líderes del partido Unió Democràtica de Catalunya (fundado el año 1931). Carrasco i Formiguera había sido uno de los políticos más brillantes de su generación y uno de los más perseguidos por su defensa a ultranza de Catalunya.

Carrasco i Formiguera, asediado y amenazado de muerte por elementos extremistas de los partidos y sindicatos revolucionarios, se había exiliado en Euskadi (septiembre de 1936) y se había puesto a trabajar al servicio del gobierno del lehendakari Aguirre. Pasados unos meses (febrero de 1937) viajaría a Catalunya, reuniría a su familia y se embarcarían hacia Vizcaya. Poco después, serían detenidos y encarcelados por el ejército franquista. Su familia conseguiría marcharse al exilio de Francia después de un canje de prisioneros.

Neix Carrasco i Formiguera, lider de la democràcia cristiana catalanista. Retrat de la família Carrasco Azemar. Font Quaderna

Retrato de la família Carrasco Azemar / Font: Quaderna

Pero Carrasco i Formiguera sería, finalmente, fusilado en represalia por las protestas que el Vaticano había formulado ante los franquistas por los bombardeos de las aviaciones fascista italiana y nazi alemana sobre Barcelona (marzo 1938) que causaron más de mil víctimas civiles. Carrasco i Formiguera había estado en el corredor de la muerte franquista durante 224 días (desde el 28 de agosto de 1937). Cuando fue fusilado no se dejó vendar los ojos y sus últimas palabras fueron: “Visca Catalunya lliure!”.