Tal día como hoy del año 1931, hace 91 años, en el contexto de las últimas semanas de vigencia del regimen dictatorial de los generales Primo de Rivera y Berenguer (1923-1930); Francesc Macià, líder del partido independentista Estat Català retornaba, definitivamente, de su exilio en Bruselas. Poco antes (septiembre de 1930), había vuelto efímeramente a Barcelona; había mantenido varias reuniones con los líderes políticos catalanes en la clandestinidad (republicanos y catalanistas); y había puesto las bases de creación de una plataforma política que sería articulada inmediatamente después del segundo retorno (ERC), que ganaría ampliamente las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 y que provocaría la caída de la monarquía y la restauración del autogobierno catalán.

Macià había salido hacia el exilio como un simple diputado. Sin embargo, durante aquella etapa (1923-1931) su figura política se había dimensionado considerablemente, hasta alcanzar la categoría mítica. Macià había obtenido el compromiso de los potentes casales catalanes de América en el proyecto independentista catalán; y había conseguido que los gobiernos, la prensa y la opinión pública internacionales conocieran, por primera vez en la historia contemporánea, las reivindicaciones nacionales catalanas (Hechos de Prats de Molló, 1926 y Juicio de París, 1927). A todo eso se sumaba el descrédito de los dirigentes de la Lliga Regionalista (el partido hegemónico en Catalunya hasta el golpe de estado de 1923); por su colaboración, a nivel personal, con los gobiernos dictatoriales.

Macià hizo una gira apoteósica por los pueblos y ciudades de Catalunya; que anticipaba su incontestable triunfo electoral

Desde el segundo retorno (22 de febrero de 1931) hasta la celebración de los comicios (12 de abril de 1931); Macià hizo una gira apoteósica por los pueblos y ciudades de Catalunya; que anticipaba su incontestable triunfo electoral. Tan solo cincuenta días después de aquel segundo retorno (14 de abril de 1931); proclamaba el Estado Catalán dentro de la Federación de repúblicas ibéricas; que unos días más tarde culminaría con la restauración de la Generalitat, liquidada a sangre y fuego en 1714.