Tal día como hoy del año 1469, hace 549 años, en el palacio de Buendía, en la villa castellana de Dueñas, Fernando de Trastámara (heredero al trono catalanoaragonés) e Isabel de Trastámara (candidata al trono castellanoleonés), que más adelante se convertirían en los primeros soberanos de la monarquía hispánica y que reinarían con el sobrenombre de Reyes Católicos, eran presentados personalmente. Fernando e Isabel, aunque eran primos segundos y, sobre todo, aunque se había negociado su matrimonio con anterioridad (Cervera, 1468), no se conocían personalmente.

En las negociaciones matrimoniales de Cervera la princesa (entonces infanta) Isabel no estaba presente. Sería precisamente en el transcurso de aquellas negociaciones que el príncipe Fernando tendría una relación extramatrimonial con Aldonza Roig de Ivorra, una dama de la élite local. Del resultado de aquella relación nacería al año siguiente (poco antes de la primera cita de los futuros Reyes Católicos en Dueñas), el infante Alfonso de Aragón, que con el transcurso del tiempo se convertiría en la personalidad eclesiástica más poderosa de la corona catalanoaragonesa: sería arzobispo de Zaragoza, de València y un firme candidato a ocupar el sitial pontificio.

Fernando e Isabel llegaron por separado a su primera cita. Isabel llegó dos días antes y Fernando la víspera del encuentro. Inicialmente se había convenido que aquella primera cita se produciría en Valladolid, pero la cruenta lucha por la corona en la que estaba inmersa la castellana aconsejó, por razones de máxima seguridad, desplazar el encuentro a la villa de Dueñas, y más concretamente al palacio del conde de Buendía, tío de Fernando y uno de los partidarios más acérrimos de la causa que Isabel mantenía contra la princesa Juana ―llamada la Beltraneja― legítima heredera del trono castellanoleonés.