Tal día como hoy del año 1641, hace 379 años, en el contexto de la Revolución y Guerra de los Segadores (1640-1652) y con las tropas hispánicas del marqués de Los Vélez dispuestas a iniciar el asedio sobre Barcelona,  “un trompeta del exèrcit enemich, lo qual vingué guiat de alguns cavalls de nostre exèrcit; y aquell aportaren en la present casa ―referida al Palau de la Generalitat― tapat de ulls ab un mocador” una carta firmada por el rey Felipe IV y dirigida al president Claris y a los diputados (consellers) de la Generalitat. Aquella carta fue debatida durante unas horas, tiempo durante el cual el trompeta “fonch entretinguda regalant aquella, encara que no·u merexia per ésser cathalà y traydor a sa pàtria”.

El gobierno de Catalunya, que el día anterior había proclamado conde de Barcelona al rey Luis XIII de Francia, rechazó las exigencias en tono amenazador del monarca hispánico, que se descolgaba diciendo: “Preveniros para que (...)  enmendéis vuestros yerros y no caygáis en el último acto expresso de ynfidelidad opponiendoos a mis armas, pues en tal yncurrís en todas las penas de sedición, no pudiéndose dejar de executar por el exemplo público, siendo cierto que hallando en vosotros (...) el rendimiento y reconocimiento devido a la fidelidad que me devéis guardar, lleva orden de admitiros ―referido a Los Vélez― en mi gracia y no permitir padescáys ningun género de ostilidad”.

El gobierno de Catalunya no dio credibilidad a la voluntad política del rey hispánico, sobre todo cuando ―después de seis años de saqueos, incendios, violaciones y asesinados― decía que: “Los medios de mi benignidad han obrado contrario affecto, creciendo la falta de respecto a la justícia (...) lo olvidé todo sólo por tratar de vuestro remedio y quietud  (...) voy a sacaros de oppressión para que los sediciosos y inquietos os dexen vivir con la libertad que es justo y sin impediros las administración de las haciendas, y con la recíproca correspondencia que requiere el trato humano y sin que hagan impressión las vanas ilusiones con que intentan persuadir lo contrario los malintencionados”.