Tal día como hoy del año 1947, hace 71 años, se formalizaba definitivamente la fusión de los dos clubs de fútbol de la ciudad de Lleida —el C.D. Leridano y el Lérida Balompié— y se creaba la Unión Deportiva de Lérida. Aquella operación, aparentemente una simple fusión de dos entidades deportivas, en realidad ponía fin a la que había sido una verdadera guerra soterrada entre el aparato de dominación franquista —dirigido por los jefes locales de Falange Española—, por un lado, y las personalidades del fútbol leridano (directivos y jugadores) que habían sobrevivido a la Guerra Civil española (1936-1939), por el otro lado.
Históricamente, los clubs de fútbol leridanos habían sido los representantes de las diferentes ideologías de la sociedad. Antes de la Guerra Civil, los dos grandes clubs de Lleida eran el FC Juventud —de la Juventud Republicana (una de las tres formaciones políticas que el año 1931 fundarían ERC)—; y el FC Lleyda —creado e impulsado por la sección local de la Liga Regionalista—. También, en aquella etapa, jugaron un papel relevante el Metalúrgico —creado por los sindicatos obreros locales— y el Calaveres —fundado por el sindicato catalanista CADCI—. La Guerra Civil provocaría la desaparición de todas aquellas entidades.
El año 1939, concluido el conflicto civil, un grupo de jugadores del Calaveres que habían sobrevivido a la guerra y que habían sorteado la represión franquista, creaban —con otros supervivientes del Lleida Sport Club y de la Asociación de Exalumnos Maristes— el Lérida Balompié; que jugaría sus partidos en un terreno de juego alquilado en el barrio de Pardinyes. Simultáneamente, la sección local del Frente de Juventudes de Falange creaba el C.D. Leridano, con elementos locales y forasteros "afectos al régimen", que jugaría sus partidos en el Campo de Deportes, el estadio que había sido confiscado a la Juventud Republicana.
Equipo del Calaveres antes de la Guerra Civil / Fuente: Amigos de Lleida
El Leridano falangista, a pesar del impulso que recibió de las autoridades del régimen, nunca contaría con el apoyo mayoritario de la sociedad leridana. En cambio, el Lérida Balompié crecía en masa social y en éxitos deportivos y, en sólo cuatro temporadas, pasaría del fútbol amateur a la tercera división del fútbol español. Estaría en las gradas de Pardinyes donde, por primera vez desde la ocupación franquista de la ciudad (1938), el público clamaría el nombre en catalán de la ciudad para animar el equipo local. La fusión de los dos clubs, impuesta por el régimen, intentaba camuflar el fracaso de la operación falangista para controlar el fútbol leridano.