Tal día como hoy del año 1653, hace 367 años, en el contexto de los meses inmediatamente posteriores a la capitulación de Barcelona y ocupación del Principat por los ejércitos hispánicos (Guerra de los Segadores, 1640-1652) se producía una reunión entre Rafael Càrcer i Bals, Íñigo Melchor Fernández de Velasco y los diputados y oyentes de la Generalitat. Càrcer había sido el gran espía de Felipe IV durante el asedio hispánico sobre Barcelona (04/08/1651 en 13/10/1652) y Fernández de Velasco había sido el lugarteniente de Juan José de Austria, capitán general de las armas hispánicas durante el conflicto. Entre los representantes de la Generalitat, destacaba la ausencia del presidente Pau del Rosso, "por estar enfermo", que había sido uno de los más firmes defensores de la causa catalana.

El Dietario de la Generalitat consigna aquella reunión como un acto de cortesía protocolaria, motivado por la llegada de Fernández de Velasco a Barcelona. Pero, en cambio, los acontecimientos que se produjeron inmediatamente después revelan que en aquella reunión (celebrada en casa de Càrcer, en la calle de la Mercè de Barcelona) se decidieron los nombres de los que pasarían a dirigir las instituciones del país, y se redactó una larga "lista negra" de personalidades que habían destacado en la defensa de la causa catalana; y que, poco después, serían desinsaculadas (se les negaría la condición de candidatos a las instituciones). Càrcer, un simple rentista de Barcelona sin ninguna experiencia política, se postuló como conseller en cap (equivalente a alcalde) de Barcelona.

Càrcer intentó hacer valer los servicios que había prestado como espía. Pero no acabaría obteniendo prácticamente nada. Meses después (1654) Juan José de Austria —virrey hispánico de Catalunya y que habían dejado fuera de aquella reunión a propósito— nombraría a Vicenç de Magarola como conseller en cap de Barcelona y a Francesc Pijoan como presidente de la Generalitat. Tanto Magarola como Pijoan formaban parte del minoritario grupo oligárquico catalán que había apoyado a Felipe IV durante el conflicto de los Segadores. Càrcer se tendría que contentar con el cargo de consejero tercero del gobierno municipal y nunca conseguiría un cargo eclesiástico relevante para su hijo. Y Fernández de Velasco sería encarcelado por orden de Juan José de Austria por algún motivo que no está documentado.