Tal día como hoy del año 1842, hace 177 años, el general —regente de España por la minoría de edad de la reina Isabel II— ordenaba bombardear Barcelona. Aquel bombardeo, que se saldaría con la muerte de unas treinta personas y el derrumbe total o parcial de más de quinientos edificios, era la respuesta de la regencia de España a las protestas de los fabricantes y de los obreros de la industria catalana del textil contra las medidas librecambistas que había dictado el gobierno liberal español. En aquel momento, en Catalunya, había más de 100.000 obreros, la mayoría en el sector del textil, concentrados en las grandes plazas industriales del país: Barcelona y Reus.

En la conclusión de la I Guerra Carlista (1833-1840) se filtró que la reina-madre María Cristina de Borbón (viuda de Fernando VII, madre de Isabel II, y en aquel momento regente de España) estaba implicada en una trama ilegal de tráfico de esclavos. La dimisión y exilio de María Cristina, a causa del monumental escándalo, llevaría a Espartero —uno de los generales más destacados del bando liberal— a sustituir a María Cristina de Borbó. Acto seguido renegociaría y ampliaría los créditos concedidos por la banca inglesa en el estado español. En aquel paquete negociador el Gobierno y los banqueros ingleses convendrían, también, la entrada de textiles ingleses en los mercados peninsulares sin el pago de aranceles.

Aquella medida perjudicaba notablemente el textil catalán, que —con la progresiva desaparición del imperio colonial hispánico— tenía que pagar la materia prima más cara que los fabricantes ingleses y, por lo tanto, estaba en desventaja, incluso, en sus propios mercados tradicionales. Aquella situación representaba una verdadera amenaza para la industria catalana que, en aquellos momentos, se estaba recuperando de los estragos de las guerras napoleónicas y carlistas. Espartero no quiso dialogar; y cuando las protestas alcanzaron el punto culminante, ordenó bombardear Barcelona. Espartero es el autor de la cita: "Por el bien de España, hay que bombardear Barcelona una vez cada cincuenta años".