Tal día como hoy del año 1522, hace 496 años, moría ―según algunas fuentes en Calatayud (Aragón) y según otras en Castelló d'Empúries (Alt Empordà)― Enrique de Aragón y Pimentel, primo-hermano de Fernando el Católico, y que pasaría a la historia como el primer virrey de Catalunya que ejercería de forma permanente sus funciones y, también, como el primer virrey de la monarquía hispánica en el Principat. Hasta Enrique de Aragón, el cargo de virrey (que en Catalunya se llamaba lugarteniente), sólo se ejercía durante la ausencia física del conde de Barcelona. El ejercicio permanente del cargo de virrey delata que desde 1479 (fecha del nombramiento de Enrique de Aragón, que coincide con la del matrimonio de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla), se había iniciado un proceso de concentración del poder en torno a la figura de los soberanos, previo a la centralización administrativa y política.

Enrique de Aragón fue un personaje contradictorio. Inicialmente intentó casarse con la princesa Juana Trastámara, conocida como "la Beltraneja" y que era la gran rival de Isabel la Católica en el trono de Toledo, con el propósito de devenir rey-consorte de Castilla. Después, sin embargo, renunciaría para situarse en el bando de su tío Juan II de Aragón y de su primo Fernando el Católico, tanto en la guerra que mantenían contra la Generalitat ―gobernada por el estamento aristocrático― como en las negociaciones que conducirían a la unión dinástica castellano-aragonesa. Posteriormente, en el ejercicio de su cargo, se quiso reconciliar con el estamento aristocrático catalán y persiguió con una dureza extrema el sector más revolucionario de los campesinos de remensa. Y, finalmente, en los últimos días de su existencia, expresaría su voluntad testamentaria de que sus dominios señoriales (condado de Empúries y ducado de Sogorb) no cayeran nunca en manos castellanas.

Fue virrey de Catalunya entre 1479 y 1493, y durante su gobierno se enfrentó repetidamente al entorno personal de Isabel de Castilla, defendiendo la independencia del Consell de Cent barcelonés y de la Generalitat; y evitando que la Inquisición hispánica ―que había sido reformada para actuar como un instrumento al servicio de la monarquía hispánica― arraigara con fuerza y eficacia en el Principat. Sería relevado por Juan de Lanuza, de la familia que se había beneficiado de la incautación de bienes a Federico de Aragón, el hijo ilegítimo de Martín el Joven y el último príncipe de la dinastía Bellónida.