Tal día como hoy del año 1714, hace 304 años, se vivía el episodio culminante de la represión borbónica sobre la población del Penedès con la masacre de Sant Quintí de Mediona (Alt Penedès), que se saldó con el asesinato de más de ochocientas personas desarmadas e indefensas y la cremación de las ciento cuarenta casas que formaban la totalidad del pueblo. Las tropas francocastellanas de Felipe V entraron de madrugada en el pueblo y se entregaron a una matanza indiscriminada, casa por casa, que tenía el propósito de castigar la revuelta de los pueblos del Penedès contra los tributos de reparación y de mantenimiento de guerra que los habían impuesto a los ocupantes borbónicos.

El inicio de la revuelta se había producido seis días antes, el 4 de enero de 1714, en Sant Martí Sarroca (Alt Penedès). La administración ocupante había impuesto, semanas antes, un tributo desorbitado denominado quinzenadas, que la mayoría de la población no podía pagar. La misma administración borbónica, a través del ejército ocupante, aplicaba castigos físicos ejemplificantes, de una brutalidad aterradora a las familias que no atendían puntualmente el impuesto. En Sant Martí Sarroca se organizó una partida armada que emboscó una columna de 150 granaderos del ejército borbónico francocastellano, que se dirigían para cobrar por la fuerza el impuesto, causándoles numerosas bajas y la huida.

El comandante borbónico establecido en Vilafranca (Alt Penedès) Francisco Téllez-Girón, duque de Osuna, envió a un regimiento de represalia formado por 2.600 efectivos y dirigido por Diego González, con instrucciones de escarmentar al país pasando a cuchillo toda la población civil de Sant Quintí. En aquella siniestra campaña, el regimiento de Diego González calcinaría la Pobla de Claramunt (Anoia) y acabaría derrotado y humillado en Castellví de Rosanes (Alt Penedès). Pero seis meses más tarde, ordenaría incendiar Monistrol de Montserrat "por aver dado socorro a los Sediciosos", y ordenaría ejecutar una columna de resistentes catalanes que habían sido hechos prisioneros.