Tal día como hoy del año 1958, hace 62 años, en Alpicat (a seis kilómetros en el noroeste de Lleida) se inauguraba el parque llamado, oficialmente, Balsas de Alpicat, y, popularmente, las Basses d'Alpicat. Aquel complejo, formado por dos piscinas de 8.400 m2 cada una, y una tercera de 2.000 m2 —totalmente rodeadas por un gran espacio de árboles y césped— se convirtió en la gran atracción de la sociedad leridana de las décadas de los 50, del 60, de los 70 y de principios de los 80 del siglo pasado; y escribirían una de las páginas más relevantes de la historia social contemporánea de la ciudad y de su territorio. Las Balsas, frecuentadas por usuarios de toda la llanura de Lleida, serían bautizadas popularmente como: "la playa de Lleida".

El promotor de aquel proyecto convertido en realidad fue el alcalde Francesc Pons Castellano (Chaco, Argentina, 1913 – Lleida, 2008). La gestión del alcalde Pons (1957-1967) lo convertiría en la figura más paradigmática de los alcaldes de la ciudad durante el régimen franquista. Aunque nunca se manifestó como un exaltado de la ideología franquista, sí participó activamente en la creación y expansión del tejido propagandístico del régimen. Pons fue el fundador del Club Deportivo Leridano (1939-1947), la entidad deportiva de la delegación local de Falange que, concluida la Guerra Civil (1939) se apropiaría de las instalaciones del Joventut de Lleida, el equipo de la Juventud Republicana de Lleida (cofundadora de Esquerra Republicana de Catalunya).

En el campo urbanístico, el alcalde Pons revertiría con éxito el clima de pesimismo que atenazaba la ciudad desde la conclusión de la Guerra Civil (1939), resumido con la cita “Per a Lleida, ja està bé”. Pero en el campo cultural, nunca manifestó la misma ambición. Si bien defendió ciertas manifestaciones catalanas en el ámbito público, no hizo nada para detener la ofensiva del leridanismo, un grupúsculo sociológico formado por las oligarquías locales más reaccionarías que, con el apoyo del régimen franquista, pretendían descatalanizar y desculturalizar Lleida y su territorio. No obstante, durante su mandato —y en este punto nunca ha sido aclarada su implicación— se produjo la primera y masiva manifestación catalanista de la ciudad durante el régimen franquista (09/05/1967).