Tal día como hoy del año 1964, hace 56 años, la prensa de la época (Hoja del Lunes), publicaba que el día anterior (01/11/1964) se había celebrado el acto protocolario de reversión de la propiedad del Canal de Urgell a favor de la Comunidad de Regantes. Al inicio de las obras (1847) la compañía constructora Girona i Clavé -de Barcelona- y los millares de propietarios agrarios que se beneficiarían de aquella infraestructura habían pactado que los promotores recuperarían la inversión con el cobro, durante cien años, de una undécima parte de las cosechas de la zona irrigada.

También se pactó que pasado un siglo de la inauguración (1862), la inversión que habían hecho los promotores se consideraría amortizada y la propiedad pasaría a la Comunidad de Regantes, que en 1964 estaba formada por 12.000 familias campesinas. El canal de Urgell había sido la obra civil más importante de la Catalunya del siglo XIX. Estaba formado por una red de más doscientos kilómetros de canal y acequias principales y secundarias, que habían transformado en regadío una superficie de más de 80.000 hectáreas, y habían cambiado totalmente el paisaje natural y humano del territorio.

A medida que se acercaba la fecha de reversión de la propiedad, se creó una atmósfera de incertidumbre. El ministerio de Obras Públicas, en aquel momento dirigido por el monárquico juanista Jorge Vigón, habría filtrado el interés de los ministros falangistas) a nacionalizar el Canal de Urgell. Finalmente, aquella enésima lucha intestina se resolvería a favor de Vigón, que aprovecharía para darse un baño de masas. En la ceremonia de reversión, celebrada en Castillo del Remei (Penelles-La Noguera); Vigón eclipsó a los auténticos protagonistas (los representantes de la constructora y de los regantes).