Tal día como hoy del año 1944, hace 78 años, en El Talladell (actualmente un pueblo del municipio de Tàrrega), moría Dolors Codina i Arnau, que había sido la primera alcaldesa de Catalunya. Codina fue nombrada alcaldesa de El Talladell (Urgell) en 1924 por el régimen dictatorial del general Primo de Rivera. Acto seguido al golpe de estado que había conducido a Primo de Rivera al poder (septiembre, 1923) el Directorio Militar había cesado a todos los alcaldes y concejales del estado español, elegidos democráticamente en los comicios municipales de 1920 y los había sustituido por elementos ideológica o sociológicamente próximos al nuevo régimen. En cambio, diez años más tarde (febrero, 1934), Nativitat Yarza se convertiría en la primera alcaldesa elegida democráticamente en Catalunya y en el estado español. Yarza fue alcaldesa de Bellprat (Anoia).

Según la investigación historiográfica, Codina, nacida en Lleida en 1878, era la heredera de una familia de terratenientes agrarios de L'Urgell formada por Joaquim Codina Canut (de El Talladell) y Teresa Arnau Moncusí (de Bell-lloc). Según la misma investigación, Codina se crio en El Talladell (entonces un pequeño pueblo de 500 habitantes) y recibió una educación destinada a administrar las propiedades familiares. Esta investigación destaca, también, que durante su etapa como alcaldesa (1923-1930) dinamizó la vida cultural del pueblo: creó la Sociedad Coral La Aurora y promovió varios actos musicales y culturales. Cesó como alcaldesa el año 1930, con el derrumbe del régimen dictatorial, el nombramiento de alcaldes provisionales y la convocatoria de unas elecciones municipales, que provocarían la caída de la monarquía (abril 1931).

Posteriormente, no ejerció nunca más un cargo público. Durante la II República y hasta el estallido de la Guerra Civil (1931-1936) se dedicó a la administración del extenso patrimonio familiar. Y durante el conflicto (1936-1939), amenazada por elementos incontrolados, se ocultó en algún lugar de Barcelona. Al acabar la Guerra Civil volvió a El Talladell, y recuperó el patrimonio (que al inicio del conflicto había sido transitoriamente confiscado por los revolucionarios) y su posición social dentro de aquella comunidad rural. Murió sin descendencia a los 66 años (1944), oficialmente a causa de un infarto de miocardio. Y veinticinco años más tarde (1969), el pueblo de El Talladell perdía su independencia municipal: el régimen franquista lo agregaba por la fuerza al municipio de Tàrrega.