Tal día como hoy del año 1963, hace 59 años, se producía un desprendimiento en la montaña de Montjuïc, en Barcelona, que sepultó totalmente cuatro viviendas precarias, habitadas por familias vulnerables. Según la prensa de la época (La Vanguardia, edición del 9 de marzo de 1963), aquel desprendimiento se produjo en un terreno inclinado entre la avenida de Miramar y el paseo de Miramar, en el solar donde estaban situadas las piscinas municipales de Montjuïc. Según la misma prensa, el desprendimiento se produjo durante la madrugada, mientras los ocupantes de aquellas viviendas dormían. El balance final de aquella brutal tragedia sería de nueve personas muertas y varias heridas de gravedad.

Durante los primeros años de la posguerra que siguieron al conflicto civil español (década de los cuarenta del siglo XX) se intensificó el flujo inmigratorio hacia Barcelona, procedente del mundo rural peninsular, que escapaban de la miseria y de la represión impuestas por los propietarios latifundistas y por el régimen franquista. Muchas familias que llegaban a la ciudad en busca de una oportunidad se vieron obligadas a establecerse en chabolas que no reunían las condiciones mínimas de habitabilidad. En la montaña de Montjuïc ya había un campo de barracas creado en los años veinte del siglo XX que las autoridades municipales habían desalojado por la fuerza en varias ocasiones.

Otras zonas de la ciudad donde se crearon campamentos de barracas sería en los barrios del Carmel (en el Turó de la Rovira), del Poble Nou (en la zona de la Llacuna, a los parajes de Trascementiri y de Pequín) y del Poble Sec (en la zona de la Magòria) y em la playa de la Barceloneta (en el Somorrostro). Algunos de estos campamentos tenían una historia que se remontaba a los años veinte del siglo XX. Según un trabajo de investigación de las historiadoras Mercè Tatjer y Cristina Larrea (publicado por el Instituto de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona), en el momento culminante de este fenómeno, en el término de Barcelona había unas 6.500 chabolas.