Tal día como hoy del año 1940, hace 81 años, Ramón Serrano-Suñer, ministro de Gobernación del régimen franquista y conocido popularmente con el sobrenombre de "el Cuñadísimo" por su relación familiar con el dictador, nombraba a Demetrio Carceller Segura nuevo jefe del Movimiento en Barcelona. El Movimiento había sido creado por el dictador Franco en abril de 1937 (en plena Guerra Civil) para reunir en una misma organización todas las fuerzas políticas y sindicales que habían dado apoyo al golpe de estado de julio de 1936 y que participaban en el conflicto civil combatiendo en el bando rebelde: falangistas, monárquicos carlistas, monárquicos alfonsinos y sindicatos católicos.

Desde la conclusión de conflicto civil (abril, 1939), el cargo de jefe provincial del Movimiento iba aparejado al de gobernador civil. Pero no fue el caso de Carceller. Aquel nombramiento respondía a la lucha interna dentro de las estructuras de poder del régimen, que enfrentaba a las diferentes familias políticas del bando ganador. En aquel contexto, el gobernador civil Wenceslao González Oliveros, que había adquirido una siniestra fama arrancando —personalmente— las placas de la nomenclatura vial de la ciudad rotuladas en catalán, o dirigiendo pelotones de la Guardia Civil que desarticulaban escuelas que, clandestinamente, impartían en catalán, no fue sustituido.

Carceller (Las Parras de Castellote, Aragón, 1894) se había formado académica y profesionalmente en Catalunya y fue nombrado por su estrecha relación y afinidad ideológica con el filonazi Serrano-Suñer; y por su proximidad con un sector del empresariado catalán. Carceller, mientras era jefe del Movimiento en Barcelona, formaría parte de la delegación española que, liderada por Serrano-Suñer, viajó a Berlín (verano de 1940) para negociar la participación de España en la II Guerra Mundial (1939-1945). Esta delegación, cuidadosamente seleccionada por Serrano-Suñer, participaría en los planes de Hitler consistentes en derrocar a Franco y sustituirlo por Serrano-Suñer.

No obstante, algunas investigaciones (Preston, Contreras, De la Cierva) afirman que desde su posición de poder efectuó grandes transacciones clandestinas de contrabando de armas y de alimentos entre los Estados Unidos y Alemania. Se afirma que, durante la II Guerra Mundial, fue un elemento destacado de una trama que introducía productos norteamericanos de contrabando en el mercado alemán. En 1942 abandonó a su patrocinador Serrano-Suñer que, desenmascarada la trama de Berlín, se encontraba en una situación de caída libre, y en compensación fue nombrado ministro de Economía. Implementó políticas que agudizaron la pobreza de la población.