Tal día como hoy del año 1914, hace 104 años, los 96 diputados de las cámaras provinciales de Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona, reunidos en el Palau de la Generalitat —entonces de la Diputación provincial de Barcelona—, constituían formalmente y solemnemente la Mancomunitat de Catalunya. En aquel acto sería elegido por votación Enric Prat de la Riba —miembro destacado de la Lliga Regionalista, una de las personalidades impulsoras del proyecto y presidente de la Diputación de Barcelona— como primer presidente de la institución. En el discurso inaugural de la sesión constitutiva Prat de la Riba proclamaría: "La Mancomunitat cierra un periodo que empieza con la caída de Barcelona de 1714 (sic) e inicia otro, que es el mañana".

La Mancomunitat de Catalunya se constituía como la federación de las cuatro diputaciones provinciales catalanas y tenía como objetivo la recuperación de la gestión administrativa que, desde 1359 (constitución de la Generalitat como órgano permanente de las Cortes) hasta 1714 (liquidación del autogobierno), habían ejercido las instituciones catalanas. Aunque el Estado español sólo le reconocía una competencia “para fines exclusivamente administrativos que sean de la competencia de las provincias”, para el país era un triunfo político porque se había conseguido iniciar la recuperación del autogobierno perdido en 1714 y porque se reconocía la unidad administrativa de Catalunya por encima de la estructura provincial española impuesta en 1833.

Se constituye la Mancomunidad de Catalunya. Asamblea constitutiva de la Mancomunidad (1914). Font AHCB (Arxiu Historic de la ciudad de Barcelona)

Asamblea constitutiva de la Mancomunitat (1914) / Fuente: AHCB

El proyecto de creación de la Mancomunitat se había iniciado siete años antes (1907), cuando la plataforma Solidaritat Catalana, integrada por todos los partidos catalanistas, obtuvo un triunfo electoral espectacular. El Estado español se opuso al desarrollo del proyecto, sobre todo a partir de la Semana Trágica (1909) donde se asoció catalanismo y violencia. Pero el acuerdo entre los presidentes españoles Canalejas y Dato (que serían asesinados en 1912 y en 1921, respectivamente) y los líderes de la Lliga Regionalista, Prat de la Riba, Cambó, y Puig i Cadafalch, haría posible la materialización del proyecto. Y aunque aquel proyecto siempre estuvo liderado por la Lliga, la Mancomunitat no habría sido posible sin la implicación de los partidos catalanistas republicanos y de izquierdas.