Imagen: Retablo obra de Sancho de Rojas que representa a Fernando de Trastámara / Fuente: Wikimedia Commons

Tal día como hoy del año 1412, hace 607 años, una delegación enviada por los compromisarios reunidos en Caspe para dirimir la elección del nuevo soberano catalanoaragonés llegaba a Ayerbe (Castilla) y comunicaba oficialmente al candidato Fernando de Trastámara que había sido elegido nuevo soberano de la corona catalanoaragonesa. Aquella delegación representaba a los compromisarios de los tres dominios primigenios del edificio político catalanoaragonés: el Principado de Catalunya, el reino de Valencia y el reino de Aragón. Las instituciones del reino de Mallorca habían cedido su representación a los delegados catalanes; pero, en cambio, los representantes de los reinos de Sicilia, de Nápoles y de Cerdeña —que formaban parte de pleno derecho del edificio político catalanoaragonés—, sorprendentemente, no habían sido convocados.

El Principado de Catalunya y el reino de Mallorca habían sido representados por Pere de Sagarriga (arzobispo de Tarragona), Bernat de Gualbes (conseller en cap de Barcelona) y Guillem de Vallseca (letrado de la Generalitat). El reino de Valencia había sido representado por los hermanos Vicent y Bonifaci Ferrer (clérigos) y por el jurista Pere Bertran (en sustitución del letrado de la Generalitat valenciana Gener Rabadà, que no pudo acudir a la cita a causa de una grave enfermedad. Y el reino de Aragón había sido representado por Domingo Ram (obispo oscense), Francisco de Aranda (exconsejero de la corona), y Berenguer de Bardají (letrado de Las Cortes aragonesas).

El pontífice cismático Benedicto XIII (el "Papa Luna"), que había sido el principal consejero del último conde-rey Martí I durante los meses previos a su muerte, no era compromisario, pero, en cambio, ejercería una gran influencia sobre los delegados. El resultado de aquella votación había sido de seis votos a favor de Fernando de Trastámara (los tres compromisarios aragoneses, dos valencianos —los hermanos Ferrer—, y un catalán —Gualbes—); dos a favor de Jaime de Urgell (los catalanes Sagarriga y Vallseca); y una abstención (el valenciano Bertran). La candidatura de Federico de Aragón-Rizzardi, el hijo natural de Martín el Joven y, por lo tanto, el pariente más próximo al difunto Martín I, ni siquiera había sido seriamente considerada.

La historiografía romántica catalana quiso ver en el Compromiso de Caspe, una pinza de los reinos de Valencia y de Aragón sobre el Principado de Catalunya. Pero, en cambio, la investigación historiográfica más actual ha revelado que Fernando de Trastámara era el candidato de las potentes clases mercantiles de Barcelona y de Valencia y de su red de influencias por todos los dominios catalanoaragoneses. En cambio, Jaime de Urgell, lo era de las clases aristocráticas, sobre todo catalanas y aragonesas; y en menor medida valencianas. La maniobra de exclusión de Nápoles, Sicilia y Cerdeña en la deliberación de Caspe se explicaría porque eran territorios gobernados por sus oligarquías aristocráticas y, por lo tanto, partidarias de Jaime de Urgell.