Tal día como hoy del año 1706, hace 313 años, en el contexto de la Guerra de Sucesión hispánica (1705-1715), se cerraban las últimas Cortes catalanas de la historia. Posteriormente, y hasta 1714, los Brazos estamentales ―el equivalente al Parlamento― serían convocadas en varias ocasiones (Junta de Brazos), pero nunca con la presencia del conde de Barcelona. Aquellas últimas Cortes de 1706 estuvieron presididas por Carlos de Habsburgo, que había desembarcado en Catalunya el 22 de agosto de 1705, acompañado de un importante contingente militar de la alianza internacional austriacista y, después de que el país se sublevara contra el virrey borbónico para franquearle la entrada en la capital, había sido nombrado conde de Barcelona el 7 de noviembre de 1705.

Aquellas cortes tenían una significación especial. Los Brazos estamentales ―la máxima representación política y militar del país― habían nombrado a Carlos de Habsburgo en el momento en que tenía que jurar las Constituciones de Catalunya. En aquel acto la representación del país había retirado la dignidad a Felipe V ―el primer Borbón hispánico― nombrado en las Cortes de 1702 y lo había situado en la persona de Carlos de Habsburgo. Pero, en aquel nombramiento no se había negociado la aportación económica de Catalunya a las arcas condales, que era uno de los principios fundamentales de las Cortes: desde las asambleas de Pau i Treva (siglo XI) los estamentos negociaban la contribución al conde a cambio de blindar o incrementar su autonomía política.

No obstante, Carlos de Habsburgo por evidente interés político (Catalunya era la punta de lanza de la causa austriacista en la península Ibérica) había jurado ―por primera y última vez― las Constituciones de Catalunya sin el pacto económico. Posteriormente, en un clima que las fuentes revelan de confianza absoluta entre las partes, se abrirían las Cortes de 1705-1706, que cerrarían con el compromiso de que las instituciones de Catalunya aportarían dos millones de libras barcelonesas (el equivalente actual aproximado a cuatrocientos millones de euros) a pagar en diez años. Al mismo tiempo, las mismas fuentes revelan que Carlos de Habsburgo ratificó las Constituciones de Catalunya, convirtiéndose de esta forma en el último conde legítimo de Barcelona y hombre principal de Catalunya.