Tal día como hoy del año 1932, hace 86 años, en el contexto de la campaña electoral en el Parlament de Catalunya, la prensa publicaba una carta firmada por los presidentes y por los miembros directivos de las siete casas regionales de Barcelona (País Vasco, Galicia, Aragón, Castilla, País Valencià, Murcia y Andalucía) y por el presidente del centro comarcal de Lleida en la capital catalana, donde denunciaban presiones, manipulaciones y coacciones de los partidos españolistas que concurrían en aquellos comicios. Aquella carta, titulada "Los no catalanes" empezaba diciendo: “Se parte del supuesto que existiendo en Barcelona una población de cerca de 350.000 habitantes no catalanes (el 30% de la población de la ciudad) deben tener representación en el Parlament, confundiendo con ello la filiación por naturaleza (el origen) y la condición legal (el derecho a representación como ciudadanos catalanes).

Aquellas formaciones denunciadas por las casas regionales eran, básicamente, el Partido Republicano Radical, que desde su fundación (1908) basaba su discurso en la lucha contra la lengua y la cultura catalanas y contra las aspiraciones de autogobierno de Catalunya; y la Derecha de Cataluña ―filial catalana del partido estatal Acción Nacional―, promovida poco después de la proclamación de la II República (1931) por una asociación monárquica llamada Peña Blanca, muy implicada en el anterior régimen dictatorial de Primo de Rivera (1923-1930) y en el, entonces reciente, intento de golpe de estado contra la República, protagonizado por el general Sanjurjo (1932). Los miembros más destacados de estos partidos, y los ideólogos de sus estrategias, eran, respectivamente, el populista y demagogo Alejandro Lerroux y Alfons Sala, el ejecutor de la desmantelación de la Mancomunitat de Catalunya (1925) ordenada por el régimen dictatorial de Primo de Rivera.

La carta de las casas regionales concluía rechazando las presiones, manipulaciones y coacciones que estaban recibiendo y decía: “Y nuestro principal propósito es proclamar que, contra ciertas propagandas anticatalanas, de quienes indebidamente se dicen representar a los regionales no catalanes, todas las colonias de éstos están plenamente identificadas con el pueblo catalán y por ello debemos pronunciarnos políticamente dentro de los partidos políticos de arraigo en esta región, sin estar autorizadas agrupaciones que para fines personalistas llevan como banderín de enganche el nombre sagrado de nuestras tierras nativas”. En los comicios celebrados tres días después (20 de noviembre de 1932), que ganaría sobradamente la Esquerra Republicana liderada por el futuro president Francesc Macià; ni el PRR de Lerroux ni la Derecha de Sala obtendrían representación parlamentaria.