Tal día como hoy del año 1516, hace 503 años, los Brazos Generales rechazaban formalmente el testamento de Fernando el Católico (fallecido dos días antes) que había nombrado a su hija Juana de Castilla (más conocida como Juana la Loca) reina de la corona catalanoaragonesa, y Alfonso de Aragón y Roig de Ivorra como regente hasta la mayoría de edad de Carlos de Gante (el hijo de Juana). En aquella sesión se impondrían los partidarios de no reconocer la autoridad de Juana de Castilla y nombrar a Alfonso de Aragón y Roig de Ivorra regente de la corona hasta la llegada de Carlos de Gante, prescindiendo totalmente de la figura de la nueva reina.

El rechazo de los Brazos Generales provocó un efecto dominó: poco después el resto de países de la corona catalanoaragonesa (Aragón, Valencia, Sicilia, Nápoles y Cerdeña) seguirían los mismos pasos. En las islas Balears no se produjo ningún movimiento porque sus instituciones dependían de los Brazos Generales catalanes. Y, también, acto seguido las cortes castellanoleonesas harían lo mismo: rechazarían el testamento de Fernando el Católico que transmitía a Juana la Loca el trono de Castilla y de León y nombrarían a Francisco Jiménez de Cisneros, más conocido como el cardenal Cisneros, regente del reino hasta la llegada de Carlos de Gante.

Alfonso de Aragón y Roig de Ivorra era el hijo primogénito de Fernando el Católico, y era fruto de una relación extramatrimonial con Aldonça Roig de Ivorra. Fue engendrado en el transcurso de las negociaciones matrimoniales entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla en Cervera (1470) y, posteriormente, su madre jugaría un papel muy destacado en la cancillería del rey católico. Las fuentes la identifican como la mujer con vestuario masculino que siempre formó parte de la cancillería del rey Fernando. Alfonso de Aragón y Roig de Ivorra sería regente de la corona catalanoaragonesa hasta el 16 de mayo de 1519, cuando las Cortes de Catalunya proclamaron a Carlos de Gante conde de Barcelona.