Tal día como hoy del año 1304, hace 714 años, la Gran Compañía Catalana, llamada oficialmente Magno Societatis Exercitus Catalanorum y conocida popularmente como almogávares, infligía una clamorosa derrota al ejército otomano a la Batalla de Kibistra, a la región de Cilicia, sobre los Montes Tauros, en el sureste de la península de Anatolia. Aquella victoria tendría una gran trascendencia, porque desbarataría la última gran reserva militar otomana en la península de Anatolia y pararía durante medio siglo la expansión turca hacia Europa. Después de la batalla de Kibistra, los otomanos tardarían cinco décadas en alcanzar, de nuevo, las costas situadas delante de Constantinopla.

Los almogávares, dirigidos por el almirante Roger de Flor y sus albéitares Bernat de Rocafort y Berenguer d'Entença, habían sido contratados en agosto de 1303 por el emperador bizantino Andrónico II Paleólogo, que no había conseguido impedir que los otomanos se situaran delante de las puertas de Constantinopla, en la orilla sur del mar de Mármara. En septiembre de 1303 desembarcaban en Constantinopla, y pocos días después, en octubre, derrotaban a la vanguardia turca que amenazaba la capital bizantina. Pasado el invierno, iniciaron la campaña, y derrotaron repetidamente a los otomanos y los obligaron a recular hasta el extremo sur de la península de Anatolia.

Mapa de la península de Anatolia (Siglo XV). Fuente: Wikipedia
Mapa de la península de Anatolia (Siglo XV). Fuente: Wikipedia.

En agosto de 1304 el ejército turco había quedado muy diezmado, pero en contrapartida los almogávares se habían introducido tanto en territorio enemigo que ya no tenían conexión con la retaguardia. Aquella batalla se presentaba decisiva: si ganaban los almogávares quedaban como dominadores absolutos de Anatolia, pero si lo hacían los otomanos, estos tendrían el camino libre hasta Constantinopla. El efecto sorpresa que pretendían los turcos quedó sin efecto cuando los exploradores catalanes los descubrieron. Y la superioridad numérica turca se reveló inefectiva ante la habilidad estratégica de los mandos catalanes y la determinación de su tropa, que tiró al combate al grito de "Desperta, ferro!" ("Despierta, hierro!")

Los 6.000 almogávares se enfrentaron a 30.000 otomanos. Y, según las fuentes documentales catalanas, el balance de muertos del ejército turco fue de 6.000 caballeros y 12.000 soldados de pie.