Tal día como hoy del año 1658; en Dunkerque (entonces Países Bajos hispánicos y actualmente Francia) y en el contexto de la Guerra hispanofrancesa (1635-1659), se libró la Batalla de las Dunas, que significó el fin definitivo de la primacía de los Tercios de la monarquía hispánica que habían dominado el panorama militar europeo desde principios del siglo anterior. En aquella batalla se enfrentaron; por una parte, una reunión de Tercios hispánicos procedentes de varias destinaciones y las tropas sediciosas de Carlos II de Inglaterra, que había sido destituido y expulsado por el Parlamento inglés (1649); y por la otra los ejércitos de la monarquía francesa del rey Luis XIV y de la República inglesa presidida por Oliver Cromwell.

Aquella batalla se saldó con una clamorosa derrota de las tropas hispánicas; que, en un intento desesperado de cambiar el curso desfavorable de aquel conflicto, habían desplegado una campaña que pretendía ocupar el extremo norte del territorio francés. La derrota de los Tercios hispánicos, que en aquella ocasión estaban comandados por Juan José de Austria (hijo ilegítimo del rey Felipe IV y de la actriz Maria Calderón); puso fin a la primacía de un cuerpo del ejército; que, durante un siglo largo, había sido una máquina de terror y de destrucción y que había sembrado de muerte Catalunya, Nápoles, los Países Bajos y los principados independientes alemanes de confesión luterana. Se estima que los Tercios hispánicos causaron la muerte de unos 300.000 civiles.

No obstante, aquella derrota no era la primera. El fin de la primacía de los Tercios ya se había anunciado diecisiete años antes. El 26 de enero de 1641 (en el contexto de la Guerra de Separación de Catalunya, 1640-1652/59); los Tercios hispánicos, comandados por el sanguinario marqués de Los Vélez, habían sido derrotados en Montjuïc por un combinado catalanofrancés. En aquella batalla, los Tercios —que venían de asesinar a sangre fría buena parte de la población civil de Tortosa, de El Perelló y de Cambrils— perdieron casi todos sus mandos y los supervivientes desertaron en desbandada. Aquellos Tercios se habían entregado a los saqueos, violaciones y asesinatos de la población civil catalana (1635-1640); como lo habrían hecho en cualquier país extranjero ocupado.