Tal día como hoy del año 1925, hace 93 años, en los prolegómenos del partido de fútbol amistoso que tenía que enfrentar el FC Barcelona y el CE Júpiter de Barcelona, que se había organizado en homenaje al Orfeó Català, el público que se había concentrado en el estadio blaugrana de Les Corts silbó ruidosamente y masivamente la interpretación de la Marcha real, himno oficial del Estado español. Aquella pitada espontánea, la primera de la historia, se produjo en el especial contexto social y político impuesto por el régimen dictatorial de Primo de Rivera (1923-1930) que, entre otras cosas, había intervenido y liquidado la Mancomunitat (1914-1925) y había prohibido el uso público de la lengua catalana y la exhibición de la bandera de Catalunya, y había perseguido y clausurado los centros culturales y políticos catalanistas y obreristas.

En plena escalada represiva, el Orfeó Català acababa de llegar a Barcelona después de una gira triunfal por Italia, donde, no tan sólo había podido desarrollar su actividad con absoluta normalidad, sino que, también, había contribuido a internacionalizar la situación de represión que sufría la cultura y la política catalanas. Joan Gamper, entonces presidente del FC Barcelona, en colaboración con otros prohombres de la cultura catalana, serían los promotores de aquel homenaje. El estadio blaugrana presentaba un pleno absoluto. Y en el palco estaban presentes las personalidades más relevantes de la ciudad, excepto los representantes del régimen dictatorial. Para amenizar los prolegómenos del partido de fútbol, la directiva blaugrana contrató los servicios por una parte de música de un barco de la Armada británica que, en aquellos días, estaba anclado en el puerto de Barcelona.

El public del campo del Barça silba el himno de España. La Guardia Civil clausura el estadio de Les Corts (2). Fuente Archivo F.C. Barcelona

La Guardia Civil clausura el estadio de Les Corts. Fuente: Arxiu FC Barcelona

Cuando la banda musical inició la interpretación de la Marcha real, la gran mayoría del público reaccionó con una pitada monumental que, según la prensa de la época, enmudeció las notas del himno español. En cambio, acto seguido, cuando interpretó el God save the queen (Dios salve a la reina) ―el himne oficial británico―, el público aplaudió entusiásticamente. El día siguiente de los hechos, el general Joaquim Milans del Bosch ―gobernador civil y militar de Barcelona― y el teniente general Emilio Barrera Luyando ―capitán general de Catalunya bajo la supervisión directa del dictador Primo de Rivera―, visiblemente indignados ―según la prensa de la época―, ordenaban manu militari el cierre del estadio del FC Barcelona, provocaban la dimisión del presidente de la entidad Joan Gamper, y prohibían la actividad del Orfeó Català.