Tal día como hoy del año 1884, hace 135 años, se inauguraba en Buenos Aires (Argentina) la Confitería Las Violetas, que recientemente ha sido nombrado el mejor "bar notable" de la capital argentina. Esta categoría ―la de "bar notable"― está formada por ochenta y seis establecimientos históricos situados en Buenos Aires que tienen como característica ser los más representativos de la ciudad.

En el transcurso de su centenaria existencia, Las Violetas ha acogido multitud de reuniones que han marcado la historia argentina. Entre otros, fue el lugar donde se fundó y articuló el movimiento de las Abuelas de la Plaza de Mayo (1977), la asociación creada con la finalidad de recuperar y restituir a sus familias los bebés y niños secuestrados por el régimen dictatorial del general Videla.

Las Violetas adquiriría su definitiva imagen después de una importante y ambiciosa redecoración realizada por el pintor Antoni Estruch i Bros (1928), autor de pinturas de temática historicista catalana tan conocidas como Una manifestación obrera (1904), Corpus de Sangre (1907) o el Once de Septiembre de 1714 (1909) ―con la famosa caída de Rafael Casanova durante el asedio borbónico de Barcelona―.

Inauguran el bar más prestigioso de Buenos Aires, redecorado por Antoni Estruch. Pintura Once de Septiembre. Fuente Museo de Historia de Catalunya

'Once de Septiembre' / Fuente: Museu d'Història de Catalunya

Con anterioridad, Estruch había realizado la redecoración del Café Tortoni (en el edificio de la Academia Nacional del Tango), también catalogado como "bar notable". Pero el diseño de los vitrales de Las Violetas causarían un fuerte impacto, que se proyectaría a través de las generaciones. Sería, principalmente, gracias a este elemento decorativo de Estruch que este establecimiento ganaría la categoría de "sitio de interés general".

Estruch, nacido en Sabadell en 1873, sería uno de los más destacados representantes de la pintura historicista catalana. Durante su primera etapa artística trabajó con el patrocinio del industrial sabadellense Francesc Ponsà. Posteriormente emigraría a Argentina (1910) cuando fue nombrado director de la Escuela de Bellas Artes de Buenos Aires (1910). Ya no volvería más a Catalunya y moriría en Buenos Aires el año 1957.