Tal día como hoy del año 1369, hace 652 años, moría en Montiel (corona castellanoleonesa) el rey Pedro I de Castilla y de León, más conocido como el Cruel, que, diez años antes (1359) había sido el primer personaje de la historia que había ordenado bombardear Barcelona. En aquel episodio, conocido como la Batalla de Barcelona, un potente grupo naval castellanoleonés, comandado por el mercenario genovés Egidio Bocanegra, se había situado delante de la capital catalana y con el uso de rudimentarias máquinas de guerra había bombardeado los edificios situados en primera línea de costa. En aquel momento la muralla de costa todavía no estaba construida.

El resultado de aquel ataque no pudo ser más desfavorable a los intereses de Pedro de Castilla. El grupo naval catalán, anclado en el puerto, respondió con artillería que disparaba fuego real. Fue la primera vez en la historia peninsular y del Mediterráneo occidental que se utilizaba la pólvora en un escenario bélico. Las bombardas catalanas, que escupían fuego real, pusieron en evidencia la inferioridad de las catapultas castellanas, que tiraban proyectiles de piedra y de hierro, y provocaron su retirada casi inmediata. El grupo naval catalán los persiguió dirección mar abierto y persiguió y hundió una buena parte de la armada atacante.

Cuatro años más tarde del ataque a Barcelona (1363), lo intentó con València, también, con un resultado decepcionante para sus intereses. Poco después (1366) y en el contexto de la guerra civil castellana, su rival Enrique de Trastámara ordenaría su muerte. Según las fuentes historiográficas, Pedro de Castilla fue asesinado en el interior de su tienda de campaña, en el transcurso de las negociaciones que tenían que poner fin a aquel conflicto civil. Su muerte comportaría el fin de la dinastía Borgoña y la entronización de la dinastía Trastámara que gobernaría la corona castellanoleonesa desde 1369 (Enrique II) hasta 1518 (Juana, llamada la Loca).