Tal día como hoy del año 1936, hace 85 años, y en el contexto de los primeros meses de la Guerra Civil española (1936-1939), la maestra Antònia Adroher Pascual era nombrada concejala de la corporación municipal de Girona, y se convertía en la primera mujer en ejercer un cargo público municipal en la historia de esta ciudad. Antònia Adroher (Girona, 1913) fue nombrada concejala como representante del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y se ocupó de la cartera de Cultura y Propaganda entre octubre de 1936 y febrero de 1937. Cuando fue nombrada concejala, venía de ejercer como directora laica de la escuela de las Carmelitas de Girona.

Desde su cargo, y por medio del Consejo de la Escuela Nueva Unificada (CENU), puso en práctica un nuevo sistema de educación basado en una pedagogía innovadora y progresista, inspirada en los principios racionalistas del trabajo y de la fraternidad. Y eso representó, en la práctica, la organización de una escuela pública y gratuita para todo el mundo, de la enseñanza en catalán, de los principios higienistas y de salud y de la igualdad de oportunidades para los niños y niñas a través de la coeducación. Durante aquella corta pero intensa etapa ―a pesar del difícil contexto marcado por el conflicto civil― consiguió que, en Girona, ningún niño y ninguna niña quedara sin escolarizar.

Con la ocupación franquista del país, se exilió en Francia, donde conoció a su segundo marido Carmel Rosa Baserba (el primer marido de Antònia había sido asesinado, pocos días después del estallido de la Guerra Civil, por un francotirador). Después de pasar por varios campos de concentración franceses, formaron una familia y se establecieron en Tolosa de Languedoc primero, y en Banyuls (Rosselló) después. Y una vez liberada Francia del nazismo (1944), se establecieron en París. En la capital francesa crearon el Casal Català de París, que, durante la oscura etapa de la dictadura franquista (1939-1975), se convertiría en un centro de obligada referencia de la resistencia democrática catalana.