Tal día como hoy del año 1885, hace 133 años, Joaquim Rubió i Ors, escritor, presidente de la Acadèmia de les Bones Lletres y rector de la Universitat de Barcelona, en nombre de la sociedad Centre Català, entregaba al rey a Alfonso XII la Memoria en defensa de los intereses morales y materiales de Catalunya. Aquel documento, que sería también conocido con el nombre Memorial de Greuges sería la primera reivindicación política y económica del catalanismo contemporáneo; y sería, también, el precedente documentario de las Bases para la Constitución Regional Catalana (1892), denominadas también Bases de Manresa, la primera reivindicación de autogobierno formulada por las élites intelectuales y burguesas catalanas desde 1714.

Aquel documento había sido previamente consensuado y redactado por una ponencia dirigida por el abogado, periodista y político republicano y federalista Valentí Almirall [en la imagen principal], considerado uno de los padres del catalanismo contemporáneo, y en el cual tuvo, también, una participación destacada el industrial y mecenas de la cultura catalana Antoni de Paula Capmany, considerado figura clave del Renaixeça catalana. Fue leído en catalán ante el rey Alfonso XII por el abogado y político conservador y monárquico Mariano Maspons: "No podemos utilizar nuestra lengua fuera de nuestro hogar (...) fue alejada de las escuelas, de las contrataciones y de los tribunales y los jueces no pueden comprender a los testigos y los inculpados (...) y hoy se intenta destruir nuestro derecho civil".

Entregan a Alfonso XII la primera reivindicación del catalanismo contemporáneo. Grabado de las sesiones de las Bases de Manresa. Fuente Ayuntamiento de Manresa

Grabado de las sesiones de las Bases de Manresa / Fuente: Ayuntamiento de Manresa

La entidad impulsora de aquel documento era el Centre Català, fundado el año 1882, por el empresario teatral Frederic Soler, conocido literariamente con el seudónimo Serafí Pitarra, por Valentí Almirall y por el periodista, político y autor dramático Manuel de Lasarte; y que agrupaba la totalidad del catalanismo político desde los republicanos hasta los carlistas. Sería también la sociedad impulsora del Segundo Congreso Catalanista (1883) —del Primero (1880) había surgido la entidad—; y en su programa postulaba el reconocimiento del catalán como lengua oficial española, el mantenimiento y reforma del derecho civil catalán, el establecimiento de una administración catalana y de un Tribunal Supremo catalán, el fomento del proteccionismo y la potenciación del carácter mercantil e industrial de Catalunya.