Tal día como hoy del año 1942, hace 76 años, el escritor y filósofo francés Albert Camus publicaba en París L’étranger (El extraño), el punto de inicio de una prolífica y reconocida obra literaria que le convertiría en un escritor de primer orden. Camus, nacido en el año 1913 en Mondovi (actualmente Dréan, en la Argelia colonial francesa), se había establecido en París el año 1940 y colaboraba con varios medios de prensa relacionados con los movimientos libertarios. A pesar de su breve existencia —murió a los 46 años en un accidente de tráfico—, su obra, junto con la de Jean-Paul Sartre, sería el máximo exponente del movimiento existencialista. En 1957, con 44 años, sería galardonado con el premio Nobel de Literatura "por su importante producción literaria, que con sinceridad ilumina los problemas de la conciencia humana de nuestra época".

Camus era, por parte materna, descendente de unos campesinos menorquines que se habían establecido en Argelia a mediados del siglo XIX y que se habían convertido en la clase agraria acomodada de la colonia. En 1830 Francia había iniciado la ocupación colonial de Argelia y había llegado a tomar posesión de las ciudades de Argel, Orán y Bona (actualmente Annaba), y en 1848 completaba la operación con la ocupación de toda la franja litoral argelina que se proyectaba hacia el interior, con una amplitud aproximada de unos 100 kilómetros. A partir de este hecho, el gobierno francés promovería la inmigración de colonos agrarios, tanto franceses como del resto de estados del Mediterráneo occidental. Entre las décadas de 1850 y 1880, un grupo de unos 10.000 alicantinos se establecería en los alrededores de Orán y otro de unos 10.000 menorquines y 10.000 roselloneses, cerca de Argel.

Aquellos colonos de habla catalana conservarían durante generaciones, en el ámbito local, la lengua de origen, que se denominaría coloquialmente patuet (de la voz francesa pataouète). Albert Camus era bisnieto de los Sintes menorquines que se habían establecido en la Argelia francesa hacia 1850 (la madre de Camus se llamaba Catherine Sintes). Aunque en la casa de los Camus-Sintes no se habló nunca en catalán —su padre no formaba parte del colectivo patuet—, el pequeño Albert llegaría a la lengua de su madre a través de su abuela materna, que fue quien lo crio. Aunque está demostrado que Camus entendía perfectamente el catalán y que incluso podía mantener una conversación en un registro coloquial, no dejó nunca ningún testimonio escrito en esta lengua. No obstante, la figura y la cultura de su abuela tendrían un espacio destacado en la producción literaria que cultivó de mayor.