Tal día como hoy del año 1343, hace 676 años, el conde-rey Pedro III era proclamado rey de Mallorca en la Seu de Palma. De esta manera se daba por concluida la etapa histórica durante la que el reino de Mallorca había sido una entidad política independiente, cuando menos relativamente soberana, porqué sus monarcas —a través de pactos de vasallaje— siempre habían estado gravitando en la órbita política de la cancillería de Barcelona. La coronación de Pedro III se produjo en un contexto de fuerte crisis económica y debilitamiento político de los soberanos de Mallorca.

El reino de Mallorca, como entidad política, había sido creado por el conde-rey Jaime I, después de la conquista, reparto y colonización de la isla (1229). Y sería el mismo Jaime I, quien a su muerte (1276) la dejaría en herencia a su segundo hijo macho, que sería nombrado Jaime II de Mallorca. El reino de Mallorca fue una entidad política independiente durante 67 años, pero los conde-reyes catalanoaragoneses nunca renunciarían a su posesión. Finalmente sería Pedro III, rebisnieto de Jaime I quien culminaría la ambición de la cancillería de Barcelona.

La historia de los reyes de Mallorca es, también, la historia del periodo de plenitud política, social y económica del reino. Durante los 67 años de independencia los soberanos mallorquines legislaron medidas que promovían la economía y que equilibraban la representación política entre la capital (denominada Ciutat) y el resto de la isla (denominada parte foránea). Los reyes independientes de Mallorca serían los creadores del Consulat de Mar, coincidiendo con una etapa de gran actividad mercantil: la isla exportaba aceite, vino, legumbres, frutos secos y trapos a los principales puertos del Mediterráneo occidental.

Pero la crisis económica general que se inició en 1333, crearía fuertes tensiones entre las oligarquías y las clases populares. Jaime III, bisnieto de Jaime I y último rey independiente de Mallorca, sería incapaz de enderezar una difícil situación que, en Barcelona, se miraban con mucha atención. Pedro III tensaría la cuerda a propósito, acusando a Jaime III de actuar contra la alianza económica Barcelona-Mallorca. Finalmente, las oligarquías de la isla (las clases aristocrática y mercantil mallorquinas), abandonarían a Jaime III y se aliarían con Pedro III, y le facilitarían el desembarque y conquista del reino, y lo coronarían en Palma.