Tal día como hoy del año 1931, hace 93 años, se hacían públicos los resultados de las elecciones municipales celebradas el 12 de abril anterior. Aquellas elecciones, las primeras desde el golpe de Estado de Primo de Rivera (1923), habían sido convocadas por el rey Alfonso XIII después de abandonar al dictador y con el propósito de lavar la imagen de la monarquía (que había colaborado entusiásticamente con el régimen dictatorial). Aquellos comicios pretendían ser el inicio del retorno a un régimen constitucional, pero la oposición clandestina republicana, articulada a través del llamado Pacto de San Sebastián (la conjura de todos los republicanos del Estado español para derrocar el régimen de Alfonso XIII) las plantearon como un plebiscito a la monarquía.

A las 12 del mediodía del día 14 de abril, el Ministerio de Gobernación telegrafiaba el resultado del escrutinio definitivo y se ponía de manifiesto que en las principales ciudades de Catalunya habían ganado las fuerzas republicanas y catalanistas. La plataforma Esquerra Republicana, formada por los partidos independentistas Estat Català (de Macià) y Grup d’Opinió (de LluHí i Vallescà); y por los partidos federalistas Partit Català Republicà (de Companys) y Joventut Republicana de Lleida (de Torres); se había impuesto en la capital del país (25 de los 50 concejales en juego). En el momento en que se conocieron aquellos resultados, Macià y Companys, líderes de la plataforma ERC abandonaron la sede, en Sants, y se dirigieron a la plaza Sant Jaume.

Al llegar a la plaza Sant Jaume, Macià se dirigió al Palau de la Generalitat (en aquel momento de la Diputación Provincial de Barcelona) y proclamó el Estado catalán dentro de la Federación de pueblos ibéricos. Macià sabía que aquella proclama tenía poco recorrido, pero le dio un gran énfasis porque su propósito era restaurar —provisionalmente— el autogobierno catalán como un hecho consumado, sin esperar la autorización de las nuevas autoridades republicanas que, previsiblemente, se harían cargo del Gobierno al cabo de pocas horas. Al los pocos días, Macià —presidente provisional de Catalunya desde la proclama del 14 de abril— y una delegación ministerial del nuevo gobierno republicano español, confirmaban la restauración de la Generalitat.