Tal día como hoy del año 1664, hace 358 años, Peter Stuyvesant —gobernador de la colonia neerlandesa de Nueva Ámsterdam— entregaba el dominio del territorio a la corona inglesa. Aquella transferencia se efectuó en el contexto de las Guerras Anglo-neerlandesas, donde se dirimía el dominio de los establecimientos coloniales que ambos países tenían en el mar Caribe y en la costa de Norteamérica. Acto seguido los ingleses cambiaron el nombre originario de la ciudad por el de Nueva York, que ha subsistido hasta la actualidad.

Nueva Ámsterdam había sido fundada el año 1624 por la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales, un gigante del comercio internacional que llegó a tener 50.000 empleados y una flota naval superior a la de muchos estados europeos. Según la tradición, Peter Minuit, el primer director de la colonia de Nueva Ámsterdam, había comprado la isla de Manhattan a los indígenas por unos grandes de cristales que tenían un valor mínimo. Manhattan fue propiedad de la Compañía Neerlandesa hasta el cambio de dominio (1664).

Entre los fundadores de la colonia había un grupo de un centenar de pioneros de origen judío catalán: los katalanim que habían emigrado a los Países Bajos después de la publicación del Decreto de la Alhambra (1492), de conversión o expulsión, firmado por los Reyes Católicos. Una parte de la Diáspora judeo-catalana se había establecido en varias ciudades de los Países Bajos y, durante el siglo siguiente, habían sido parte activa de la empresa colonizadora neerlandesa en el continente americano, especialmente en el mar Caribe.

Cuando se produjo la colonización neerlandesa de Nueva Ámsterdam, los katalanim ya no hablaban el catalán, pero no habían perdido su identidad de grupo, que se manifestaba a través de la práctica religiosa. Algunas de aquellas familias se apellidaban Abendana, Aguillaró, Arbec, Barnet (o Barret), Bennal, Bindona, Bromato, Campanall, Capella, Coriell, Farreres, Hierro, García, Goteras, Grades o Pardo; y clavaban sus raíces en las juderías medievales catalanas, valencianas y mallorquinas.

Imagen principal: Plano de Nueva Ámsterdam (1660). Fuente: New York Historical Society Library.