Tal día como hoy del año 1939, hace 79 años, tropas de la IV División Navarra del ejército español sublevado contra la legalidad republicana, comandadas por el general Camilo Alonso Vega, ocupaban la ciudad de Girona. La ocupación franquista de Girona estaba precedida de siete bombardeos a cargo de las aviaciones de los regímenes nazi alemán y fascista italiano, aliados del bando sublevado, que, se estima, habrían causado un centenar de víctimas mortales. En algunos casos, como en el bombardeo del 1 de febrero de 1939, tres días antes de la ocupación, sobre el edificio de las Hermanitas del Pobres en la calle de Barcelona, el bombardeo causó un número indeterminado de víctimas mortales entre religiosos y usuarios del centro.

A la una y media de la tarde del 4 de febrero de 1939, las fuerzas de la IV División Navarra entraban en la ciudad desde Vilablareix y media hora más tarde los legionarios y los regulares lo hacían desde Palol d'Onyar. La documentación coetánea generada por la nueva administración franquista, que ha sido estudiada por el profesor Josep Clara, de la Universitat de Girona, revela que desde el mismo momento de la ocupación y en los días inmediatamente posteriores, los militares y paramilitares franquistas practicaron más de 700 detenciones en la ciudad de Girona, entre militares y civiles, y más de 1.500 en el conjunto de los pueblos de los alrededores.

Las tropas franquistas en la subida de Sant Domènec de Girona / Ayuntamiento de Girona

Aquellas detenciones se practicaron sobre personas de ideología catalanista y republicana señaladas por elementos falangistas o carlistas locales. Durante las primeras semanas de ocupación se desató una terrible caza que pretendía vengar las muertes producidas en los enfrentamientos armados al inicio del conflicto. El 20 de julio de 1936, el día siguiente de la rebelión militar en Catalunya, el líder carlista local Pere Coma Ysern Pep Jan se había alzado y había estado abatido por los guardias de asalto republicanos. Y unos días más tarde se producirían unos tiroteos entre antifascistas y carlistas que se saldarían con tres muertos, uno de ellos el maestro Dídac Terradell, militante del republicano POUM.

En aquella terrible represión tuvo uno repercusión destacada el caso de la detención, juicio y asesinato del periodista, escritor, historiador y político Carles Rahola i Llorens, un hecho que escapaba a la motivación de venganza que explicaba otros casos. Rahola, un prohombre de la cultura gerundense que no había cometido ningún tipo de delito, sería condenado en consejo de guerra por un tribunal militar con el único cargo de ser "uno de los más destacados separatistas de Gerona, colaborador asíduo del diario separatista L’Autonomista en el que escribió artículos literarios e históricos en los que se alentaba a las masas a prolongar inutilmente su resistencia". Rahola sería fusilado el 15 de marzo de 1939.

 

Imagen principal: El mando de las tropas ocupantes de Girona / Ayuntamiento de Girona