Tal día como hoy del año 1265, hace 757 años, en la frontera sur del reino de València (sobre el puerto de Biar), el ejército catalán dirigido por Jaime I y por sus hijos Pedro (futuro Pedro II) y Jaime (futuro Jaime II de Mallorca) iniciaban el movimiento de tropas que, meses más tarde, culminaría con la conquista del reino árabe de Murcia. Las oligarquías aragonesas se negaron a participar en aquella empresa militar y la tropa que combatió en aquella guerra y los colonos que se establecieron en aquella tierra eran exclusivamente catalanes. Pocas semanas después del inicio de las hostilidades, los catalanes ya habían tomado Villena, Elda, Petrer, Elx, Alacant y Crevillent.

A principios del año 1266, las tropas catalanas ya habían ocupado Orihuela, que fue convertida en campamento real. Desde esta villa del río Segura, Jaime I ordenó varios ataques contra Murcia, que acabaría cediendo el 20 de febrero de 1266. Con la conquista de la capital se dio por concluida la operación militar y se inició el reparto y repoblación. Las nuevas autoridades catalanas ordenaron la expulsión de buena parte de la población musulmana, y las casas y tierras abandonadas fueron reocupadas por colonos cristianos procedentes del Principado de Catalunya y del Reino de València, que introdujeron en el territorio la lengua y la cultura catalanas.

Poco después, y en virtud del Tratado de Almirra (1244) que situaba la frontera entre catalanes y castellanos en el puerto de Biar, Jaime I cedió el dominio de aquellas nuevas tierras a su yerno Alfonso X de Castilla. Durante aquella primera etapa de dominio cristiano (1265-1296) los pobladores del reino de Murcia eran de lengua y cultura catalana o de lengua y cultura árabe, pero bajo dominio de un monarca castellano. Pero el año 1296 se produjo una rebelión musulmana que Castilla no pudo detener. Fue entonces cuando Jaime II, únicamente con milicia catalana y con la ayuda de la población catalanohablante del territorio, pacificó el país y lo incorporó al Reino de València.