Tal día como hoy del año 1939, hace 82 años, en el contexto de los meses inmediatamente posteriores a la ocupación franquista de Catalunya y a la conclusión de la Guerra Civil española (1936-1939), un pelotón militar del régimen fusilaba a Celestí Boada i Salvador, que había sido alcalde de Santa Coloma de Gramenet entre 1936 y 1938. Durante los primeros meses del conflicto civil (agosto – noviembre, 1936), el alcalde Boada (ERC) impidió que los elementos incontrolados que actuaban en nombre del Comité de Milicias Antifascistas atentaran contra vecinos de la localidad de ideología conservadora o de confesión católica. Se le reconoce que, con su decidida actuación, salvó la vida a varias personas de Santa Coloma de Gramenet.

Celestí Boada se convertiría en un paradigma de la brutal represión franquista después de la guerra. Concluido el conflicto, y después de haber servido en la aviación republicana, retornó al pueblo, confiado en que, al no haber cometido ningún tipo de delito, no sería represaliado. No obstante, la investigación historiográfica revela que algunos miembros locales de la conservadora (e ilegalizada) Lliga Catalana -que el alcalde Boada había protegido durante los meses de plomo de los incontrolados-, le aconsejaron que abandonara Santa Coloma y escapara de la represión que el régimen franquista había desatado por todas partes. Boada no atendió a estas recomendaciones y, poco después, fue detenido por orden de Fernando Rovira Fita, ex jefe local del Somatén y nuevo jefe local de la Falange.

En el consejo de guerra que se le instruyó, se decía que:“gracias a su energía y moderación pudo evitar algunos desmanes y otros actos delictivos, como asesinatos (...) es creencia generalizada que (...) evitó el asesinato de muchos elementos derechistas de la población”. No obstante, el 26 de junio de 1939 fue condenado a confiscación de bienes y a muerte, y fue ejecutado el 18 de octubre de 1939 en el Camp de la Bota, de Sant Adrià del Besós. Celestí Boada, "hombre rudo y enérgico (...) elemento moderador en el seno del Ayuntamento", según los mismos instructores que dictaron la sentencia, sería uno de los cuarenta y dos alcaldes de Esquerra Republicana de Catalunya fusilados por el régimen franquista durante los primeros meses de plomo de la posguerra.