Tal día como hoy del año 1936, hace 89 años, y en el contexto de la guerra civil española (1936-1939), la Junta de Defensa Nacional —el órgano de gobierno del bando rebelde— creaba una dirección bicéfala que recaería sobre los generales Franco, que asumía el mando del ejército del sur, y Mola, que hacía lo propio con el ejército del norte. Cuando el núcleo dirigente de la rebelión tomó esta decisión, hacía cuatro días (20 de julio de 1936) que el general Sanjurjo, el máximo dirigente de esa conspiración, había muerto en un extraño y misterioso accidente de aviación en Estoril (Portugal).
Durante las semanas siguientes, los dos ejércitos del bando rebelde ganaron territorio de forma desigual. Mientras que Franco tenía muchas dificultades para avanzar desde el sur, Mola —que había incorporado a los requetés carlistas al golpe de Estado— había cumplido buena parte de su misión. A finales de septiembre de 1936, Franco solo tenía el control sobre Andalucía occidental, Extremadura y parte de Toledo. Mientras que Mola controlaba toda la mitad norte de la Península, excepto Catalunya y el corredor cantábrico entre Gernika y Oviedo.
Aquella bicefalia y, sobre todo, los resultados de cada uno de los ejércitos, generó y alimentó una lucha de egos entre Franco y Mola, que se intensificaría con la participación de otros generales que tomarían parte por uno u otro. Pero este problema desapareció muy pronto. El 3 de junio de 1937 (diez meses después de la creación de la dirección bicéfala), Mola repetía la historia de Sanjurjo y moría, también, en un extraño y misterioso accidente de aviación en Alcocero (Burgos-Castilla). Mola no fue sustituido y Franco asumió el mando de la totalidad del ejército rebelde.
En relación con el general Franco y su nombramiento como comandante único del ejército alzado, el también rebelde general Cabanellas, introductor del águila de San Juan (denominada el "pollo" en los Països Catalans) en la bandera rojigualda de los golpistas, diría: “Ustedes no saben lo que han hecho (...) porque no le conocen como yo, que lo tuve a mis órdenes en el ejército de África (...) Si ustedes le dan España, va a creerse que es suya y no dejará que nadie lo sustituya en la guerra o después de ella, hasta su muerte”.