Tal día como hoy, hace 203 años, Napoleón restituía a Fernando VII –el Borbón cautivo– el trono de España. Cinco años antes (1808) Fernando, que ya había sido coronado rey de España, había pactado la renuncia a cambio de una pensión vitalicia de 4 millones de reales anuales, el equivalente al salario anual medio de 1.000 personas. Un retiro dorado en Bayona (País Vasco francés) que se terminó repentinamente cuando las derrotas militares se acumularon en el contador del Imperio francés. Napoleón, presionado por los acontecimientos, retiraba a sus ejércitos de la península ibérica y renunciaba a su proyecto de creación de una dinastía Bonaparte en el trono de Madrid, y, de rebote, se desentendía de Borbón y de la pensión.

El año anterior (1812) el Principat había dejado de ser una provincia española para convertirse en una región francesa. Una decisión política y estratégica que no tenía ninguna relación con la historia carolingia y la ambición de situar la frontera meridional francesa en la orilla del Ebro. Catalunya fue incorporada porque era un territorio con una industria incipiente y un aparato agrario potente. Dos factores muy valorados en una economía de guerra, y también por su fuerza demográfica. Napoleón había instaurado el servicio militar obligatorio y universal, la leva forzosa, regular y periódica, y Catalunya había superado el millón de habitantes, la vigésima parte de la población total de Francia.

Durante los años franceses Barcelona se convirtió en el París del Mediterráneo. Con 125.000 habitantes se volvió –de facto– en la capital del gran Mediodía (el sur francés). Las tinieblas que dominaban la estrambótica Ilustración hispánica –la de fábrica borbónica– dejaron paso a una explosión artística, científica y académica de ideología claramente revolucionaria. Catalunya se reencontraba con Europa y con los grandes movimientos sociales y políticos que cambiaban la fisonomía del continente. Con la renuncia francesa –el retorno al statu quo anterior– se acabo con una primavera social, cultural y política inédita en la historia moderna de Catalunya.