Tal día como hoy del año 1710, hace 313 años, en Almenar (Segrià) se libraba una de las grandes batallas de la guerra de Sucesión hispánica (1705-1714/15). En aquella batalla se enfrentaron el ejército borbónico franco-castellano, formado por 22.000 efectivos y comandado por el castellano Francisco del Castillo y Fajardo, marqués de Villadarias; y el ejército de la alianza internacional austriacista, formado por 24.000 efectivos ingleses, neerlandeses, portugueses, catalanes y valencianos, y comandado por el austríaco Guido von Starhemberg y por el inglés James Stanhope. Aquella batalla se saldó con la derrota y expulsión del principal cuerpo del ejército borbónico en Catalunya; que perdió a 4.000 efectivos (1.000 bajas y 3.000 prisioneros).

Aquella ofensiva austriacista culminaría en Madrid, que sería ocupada por el ejército de Carlos de Habsburgo por segunda vez en el transcurso de aquel conflicto (21 de septiembre de 1710). En el camino de Madrid, el ejército austriacista derrotaría, de nuevo, los borbónicos en Zaragoza y en aquella batalla se produciría un espectáculo dantesco que pondría en alerta máxima la cancillería de Versalles. En Torrero —en las afueras de Zaragoza— (20 de agosto de 1710), Felipe V abandonó a sus tropas en pleno combate y escapó a través de los bosques disfrazado de molinera. Cuando Luis XIV, abuelo y valedor del Borbón hispánico, tuvo conocimiento de este hecho, ordenó el inicio de conversaciones con las cancillerías aliadas para encontrar una salida negociada al conflicto.

Las batallas de Almenar y de Torrero inclinaron, de nuevo, la balanza del conflicto a favor de los austriacistas, pero no de una manera decisiva. La efímera conquista aliada de Madrid ponía de relieve que los pesos estaban muy igualados, y que aquel conflicto se podía prolongar indefinidamente. Y las cancillerías de los países que participaban en aquella guerra, recuperaron el proyecto que ya había estado encima de la mesa al inicio del conflicto, y que consistía en dividir la monarquía hispánica: los países de la Corona catalanoaragonesa (Catalunya, Aragón, País Valencià, Mallorcas, Nápoles, Sicilia y Cerdeña) serían gobernados por Carlos de Habsburgo. Y los países de la Corona castellano-leonesa y las colonias americanas por Felipe de Borbón.