Tal día como hoy del año 1941, hace 82 años, en el monasterio de Poblet (Conca de Barberà), moría Eduard Toda i Güell, que había sido el gran promotor de la recuperación y de la restauración del monasterio de Poblet. El viejo establecimiento benedictino había sufrido una importante destrucción y saqueo desde su abandono (Desamortización de Mendizábal, 1835). Cuando Toda se hizo cargo de Poblet, el conjunto de edificios que habían formado el monasterio eran una triste sombra de lo que habían sido. Toda inició los trabajos de desbroce de los espacios, de reconstrucción de los edificios y de recuperación de las tumbas de la casa real catalanoaragonesa, con sus propios recursos dinerarios, y tan solo con la ayuda de la Mancomunitat de Catalunya (1914).

Toda, nacido en una familia de la élite local de Reus (1855), hizo la carrera diplomática y cubrió varios destinos que explicarían su vocación aventurera. Fue representante diplomático en el Extremo Oriente (colonia portuguesa de Macao y ciudades chinas de Canton, Whampol y Shanghái) y en Oriente Próximo (El Cairo). Durante estas estancias hizo varios viajes exploratorios en regiones mal conocidas por los occidentales, e incluso participó en varias actuaciones arqueológicas con importantes resultados. Viajó y cartografió las zonas interiores de las Filipinas y fue uno de los principales arqueólogos de la excavación de Sennedjem, en el Alto Egipto. Por este motivo, Toda es considerado el primer egiptólogo catalán y el primero de la península Ibérica.

El año 1887, después de varios viajes a la isla de Cerdeña, publicó  Un poble català d’Itàlia: l’Alguer y Records catalans de Sardenya; que produjeron un fuertísimo impacto en Catalunya. Con estas publicaciones, la sociedad catalana redescubría la existencia de L'Alguer, una pequeña ciudad de la costa occidental de la isla que tenía el catalán como lengua propia. En los trabajos de investigación en Cerdeña localizó y catalogó hasta veinte mil documentos relacionados con la etapa de dominación catalana de la isla. A partir del redescubrimiento de Toda, se recuperarían y se intensificarían las relaciones entre L'Alguer y Catalunya, y los alguereses conocerían y divulgarían el origen y la evolución de su cultura local.