Tal día como hoy del año 1935, hace 87 años, la prensa de la época empezaba a filtrar noticias de la existencia de una trama de corrupción que se acabaría convirtiendo en el escándalo del Estraperlo. Aquella trama, formada por dirigentes del Partido Republicano Radical, que formaba parte del gobierno tripartito de derechas de la II República. Los participantes de aquella trama eran los empresarios norteamericanos Strauss y Perlowitz (de la contracción de estos apellidos surgió el nombre "Estraperlo"); y los dirigentes del PRR Alejandro Lerroux (presidente del gobierno); Aurelio Lerroux (sobrino y secretario del presidente); Rafael Salazar Alonso (alcalde de Madrid), Joan Pich i Pon (alcalde de Barcelona); José Valdivia y Garci-Borrón (director general de Seguridad Ciudadana); y el general Miguel Galante (subordinado de Valdivia).

Aquella trama consistía en instalar ruletas fraudulentas, fabricadas por Strauss y Perlowitz, en diferentes casinos del territorio republicano. En el momento en que estalló el escándalo ya habían sido instaladas en los casinos de Donostia y de Formentor (Mallorca). Pero, en el proceso de despliegue de aquellas ruletas fraudulentas, se produjo un conflicto entre las diferentes partes que formaban la trama, y Strauss envió un informe al presidente de la República, Alcalá Zamora, revelando todos los detalles de aquella gigantesca corruptela. Según Strauss, el presidente del Gobierno, Alejandro Lerroux, se había reservado el 25% de los beneficios de aquella estafa. Y el resto de dirigentes del PRR se habían reservado un 50% a repartir. También según Strauss, los políticos se habían quedado todos los beneficios iniciales y se negaban a pagar la parte de los fabricantes.

Aquel escándalo provocó la caída del Gobierno; que el 6 de octubre de 1934 había sacado al ejército español a las calles de Barcelona, había bombardeado y asaltado el Palau de la Generalitat, había detenido, encarcelado, juzgado y condenado el gobierno de Catalunya; había intervenido el autogobierno catalán y había clausurado el Parlament. La CEDA de Gil-Robles, socio mayoritario de aquella coalición, dejó caer el Gobierno; calculando que en unas elecciones anticipadas podría capitalizar el voto del PRR. Después de muchos tira y afloja, Alcalà-Zamora disolvió las Cortes republicanas, y se celebraron elecciones, pero la victoria fue para las izquierdas: el Frente de Izquierdas en Catalunya y el Frente Popular en España (16 de febrero de 1936).