Tal día como hoy del año 1934, hace 89 años, el president Companys se rendía al general Batet y las fuerzas armadas que habían combatido a favor del Govern de Catalunya, en la guerra urbana que se libró en las calles de Barcelona la tarde-noche del día 6 y la madrugada del día 7 (hechos del Seis de Octubre) se entregaban al ejército español. Sin embargo, los españoles no se pudieron privar de asaltar el Palau de la Generalitat en bayoneta calada, provocando destrozos innecesarios entre el mobiliario de la sede gubernamental catalana.

A las 7 de la mañana del día 7, el president Lluís Companys y los consellers Pere Mestres (Obres Públiques i Sanitat), Joan Lluhí (Justícia), Joan Comorera (Economia i Agricultura), Martí Esteve (Finances), Ventura Gassol (Cultura) y Martí Barrera (Treball) eran detenidos y trasladados a la prisión Modelo. Acto seguido sería detenido Joan Casanova, presidente del Parlament. Pasadas unas horas, serían trasladados al barco-prisión Uruguay, fondeado en la Zona Franca del puerto de Barcelona.

El Govern de Catalunya estuvo recluido en aquella prisión flotante durante tres meses, hasta el 7 de enero de 1935. Durante aquellos noventa días de reclusión, el president y los consellers fueron objeto de los interrogatorios ordenados por dos siniestros personajes: Gil Gil y Gil, vocal del Tribunal de Garantías Constitucionales, y Fernando González Prieto, fiscal impuesto por el Gobierno al Tribunal de Casación de Catalunya (la máxima instancia judicial catalana).

Durante aquellos tres primeros meses de reclusión, aunque no se había celebrado el juicio ni se había dictado sentencia, el Tribunal de Garantías Constitucionales ordenó la incautación de bienes del president y de los consellers, con el propósito de impedirles la contratación de una buena defensa. También, durante aquella reclusión, y a causa de las pésimas condiciones del barco-prisión, el conseller Barrera vio empeorado su estado de salud y tuvo que ser intervenido de urgencia en la Clínica Trias de Barcelona.

El 7 de enero de 1935, a las 02.55 horas de la madrugada, un dispositivo policial español a las órdenes del comisario García Grande-Villaverde trasladaba al president y consellers en un "autocar requisado sin número de matrícula" que los conduciría a la Prisión Celular de Madrid. No obstante, el gobierno de Catalunya continuaría recluido, a la espera de juicio, durante cuatro meses y veinte días más. Hasta el 27 de mayo de 1935 (después de doscientos treinta y dos días de encarcelamiento) no se iniciaría el juicio en el Tribunal Supremo.