Tal día como hoy del año 1706, hace 317 años, en el contexto de la Guerra de Sucesión hispánica (1705-1715), un grupo de la alianza internacional austriacista, formado por treinta y cinco naves inglesas y neerlandesas, se situaba delante del puerto de Palma. En aquel momento, se produciría una formidable asonada popular, liderada por Salvador Trullols i Olesa, que reclamaría abrir las puertas de la ciudad a las armas austriacistas. La negativa del Consell de Mallorca —gobernado por las oligarquías latifundistas de la isla— a ceder a las presiones populares, desembocaría en una guerra urbana.

Los Hechos de Palma ponen de relieve que en las Mallorcas, en el País Valencià, y en Catalunya; la Guerra de Sucesión hispánica no se limitaba a un conflicto entre dos estirpes reales en disputa por la corona de Madrid —como siempre ha defendido la historiografía nacionalista española; sino que tuvo un clarísimo componente revolucionario. En Palma (como en Valencia y en Barcelona), las clases populares se alinearon con el partido austriacista; mientras que las clases oligárquicas lo hicieron con el partido borbónico. Y los hechos que se sucedieron durante aquella jornada, lo confirman plenamente.

El movimiento popular tomó las calles de Palma al clamor de "Mueran los botiflers", y atacaron y saquearon las casas de súbditos franceses y de miembros del partido borbónico local. La reacción del poder no se hizo esperar, y el capitán Gabriel de Berga salió a las calles con una compañía de treinta hombres a caballo que cargaron y dispararon contra la multitud. Berga moriría en el transcurso de aquellos combates y al día siguiente, el virrey hispánico conde de Alcúdia se rendía y entregaba el poder al jefe político de la expedición austriacista, Joan Antoni de Boixadors, conde de Savallà.

El componente revolucionario del partido austriacista mallorquín se pone, de nuevo, de manifiesto con la lista de los personajes que se exilian: entre otros el virrey Alcúdia, el obispo Francisco de la Portilla, y el presidente de la Audiencia Francesc Ametller. Y, también, en la composición del nuevo Consell de Mallorca. La máxima institución de gobierno y de representación de Mallorca se constituyó con la asistencia de todos los representantes de los artesanos y de los campesinos (la mayoría social de la isla); pero, en cambio, solo asistió la mitad de los representantes de la nobleza latifundista.