Tal día como hoy del año 1935, hace 82 años, nacía en Mataró (Maresme) Pere Pubill i Calaf, conocido artísticamente como Peret, que en el transcurso de su carrera sería uno de los máximos exponentes del género musical de la rumba catalana. Peret nació en una familia mataronense de etnia gitana dedicada en venta ambulante de telas, que sufrió los estragos de la Guerra Civil Española. Con la casa derribada a causa de un bombardeo de la aviación franquista, la familia Pubill se estableció en Barcelona, en la vecindad de la comunidad gitana del barrio del Raval, uno de los focos primigenios del género de la rumba catalana.

Las fuentes sitúan el origen de la rumba catalana en la fusión de tres focos musicales de cultura gitana en los años inmediatamente posteriores a la Guerra Civil Española. El primer foco estaría situado en la antigua Vila de Gràcia -en la plaça del Raspall- y estaría dirigido por los patriarcas de la comunidad gitana -el tio Pollo y el tio Mero- y por el Pescailla -hijo del primero-. El segundo estaría situado en el carrer de la Cera -en el barrio barcelonés del Raval- y habría sido impulsado por el Orelles y el Toqui, músicos de calle. Y todavía un tercer foco estaría situado en Lleida -en el barrio del Canyeret- que sería la evolución de un flamenco local -el garrotín- intepretado por los patriarcas Parrano, Marquès de Pota y Beethoven.

La niñez y la primera juventud en el barrio del Raval lo transportaron inevitablemente al género de la rumba. Peret conoció de primera mano la evolución del tanguillo -palo de flamenco muy apreciado por los gitanos barceloneses y leridanos- hacia la rumba catalana. No obstante, en sus inicios era un género con poca difusión y muy limitado a los núcleos culturales de Bajari -Barcelona en lengua caló. La contribución de Peret a la rumba fue convertirla en un género popular y masivo, que rebasaría los límites estrictos de la cultura gitana catalana, para convertirse en un importante referente cultural y generacional de la Barcelona de finales del siglo XX.