Tal día como hoy del año 1791, hace 230 años, en Barcelona, moría Maria Francesca Fiveller de Clasquerí i Bru, que había sido la única esposa legítima de Manuel d'Amat i Junyent, virrey hispánico del Perú entre 1761 y 1776. Amat y Fiveller se habían casado en Barcelona en 1777; el año siguiente al cese y retorno del virrey, que había sido falsamente acusado de malversación por los corruptos cenáculos criollos de la colonia. Durante los años que había estado en Lima, Amat había combatido con eficacia la corrupción colonial y había sido el gran urbanista que reconstruiría y modernizaría la ciudad después del terremoto de 1746. Y había sido, también, protagonista de grandes escándalos con la actriz criolla Micaela Villegas, cuarenta años más joven y conocida popularmente como "la Perricoholi".

A pesar de la larga relación con Villegas (hicieron vida marital durante quince años y tuvieron un hijo en común), Amat no se casó nunca. De tal forma que cuando retornó a Barcelona era un soltero de setenta años con un patrimonio considerable. Esta particularidad llamó la atención de la familia Fiveller. Con quince años Francesca había ingresado en un monasterio de la orden de las jerónimas, pero antes de profesar se había prometido con un sobrino de Amat. Aquel matrimonio no se celebró nunca, y Francesca continuó en el monasterio e, incluso, hizo profesión de fe. Con el retorno de Amat en Barcelona (1776), el padre de Francesca y el antiguo virrey convinieron el matrimonio, en parte para compensar el perjuicio social que los había causado la renuncia del sobrino.

Cuando Amat y Fiveller se casaron, el novio tenía setenta años y la novia tenía veinte. Estuvieron casados durante cinco años, hasta la muerte de Amat (1782). Durante aquel tiempo, el antiguo virrey hizo construir dos grandes palacios: uno en la Rambla de Barcelona -que sería conocido popularmente como el Palau de la Virreina- y otro en la villa de Gracia -que fue derribado a finales del siglo XIX-. No tuvieron hijos y Amat la designó usufructuaria de todos sus bienes. Al mismo tiempo, designó a Antoni, el sobrino que, años antes, había renunciado a casarse con Francesca, administrador de su patrimonio. Se supone que con estas últimas voluntades, pretendía acercar a los dos antiguos prometidos. Francesca murió con treinta y cinco años a causa de una trombosis.