Tal día como hoy, hace 662 años, las tropas de Pedro III -Rey de la corona catalano-aragonesa- entraban en L'Alguer y sofocaban definitivamente la rebelión sarda. En aquellos años la isla de Cerdeña era un Estado más de la Confederación catalano-aragonesa. Pero las intromisiones de la República de Génova -que no aceptaba la presencia catalana en su zona de influencia marítima- habían provocado una revuelta pro-genovesa dirigida por las oligarquías agrarias locales. L'Alguer -una ciudad poblada por comerciantes y pescadores de origen genovés- fue la plaza que más se resistió.

Los genoveses supervivientes fueron expulsados de la ciudad. Incluso algunos fueron vendidos como esclavos. Un aviso a navegantes que llevaba una dirección muy concreta. Acto seguido Pedro III ordenó la repoblación de L'Alguer con gente de habla catalana. Una pura sustitución que perpetuaba el carácter de enclave cultural de la ciudad en el conjunto de la isla. L'Alguer fue reocupada -de forma inmediata y en su totalidad- por gente procedente del Gran Penedès y del Camp de Tarragona. La llamaron coloquialmente "la Barceloneta". L'Alguer se convertía en la primera -y única- ciudad catalanohablante de la isla de Cerdeña.

El catalán fue la lengua oficial hasta 1713. Hasta que el primer Borbón español cedió Cerdeña al reino de Saboya -aliados del pretendiente Habsburgo en la Guerra de Sucesión- a condición de que se retiraran del conflicto. Pero se mantuvo como lengua de uso social mayoritario hasta 1950. Posteriormente la italianización fue constante y progresiva hasta arrinconar el catalán. Actualmente, sin embargo, L'Alguer vive una etapa de recuperación cultural que se articula a través de la lengua catalana. En L'Alguer el catalán tiene un status de semi-oficialidad. Y está recuperando posiciones en el tejido social: más del 50% de la población sabe hablar catalán y un 33% lo utiliza habitualmente.