Tal día como hoy del año 1920, hace 103 años, en Barcelona, a las seis de la tarde, el abogado laboralista y político catalanista Francesc Layret i Foix era asaltado por un grupo de cuatro individuos que lo esperaban a la salida de su casa y despacho profesional (en la calle Balmes, 26), y que le dispararon siete tiros a bocajarro en la cara y el hombro. Sin embargo, Layret sobrevivió en un primer momento y no moriría hasta pasadas las ocho de la noche en el dispensario de la calle Sepúlveda.

Cuando se produjo aquel atentado terrorista, Layret se dirigía al Palacio de Justicia para asumir la defensa jurídica de su socio político Lluís Companys (habían fundado el Partit Republicà Català, de ideología de izquierdas y federalista) y del líder sindical anarquista Salvador Seguí, conocido como el Noi del Sucre, que habían sido detenidos y deportados al penal de Maó por su compromiso con el movimiento obrero. El despacho de Layret atendía habitualmente a los dirigentes del sindicato anarquista CNT

Aquel atentado fue presenciado por el chófer de Layret, la esposa de Companys y una serie de testigos oculares que describieron, como mínimo, la figura de un personaje que la investigación periodística de la época identificaría como Fulgencio Vera, alias Mirete, un delincuente común con un largo historial de detenciones y condenas por robos y asaltos con fuerza y violencia, y que actuaba como confidente del gobernador civil Severiano Martínez Anido.

La misma prensa había publicado que Martínez Anido, nombrado por el gobierno conservador del presidente Eduardo Dato, proclamaba que “hay que llenar Cataluña con lo peor que tiene España" y lo había acusado de utilizar los recursos públicos para proteger y armar a los pistoleros de la patronal. Mirete nunca fue detenido, pero Dato fue asesinado cuatro meses después (8 de marzo de 1921) por un pelotón formado por tres anarquistas catalanes de la CNT (Pere Mateu, Ramon Casanellas y Lluís Nicolau).